POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA

El futbol americano se empeña demostrarnos que se trata de un deporte impredecible. Lo que en un principio pintaba para ser un duelo parejo, terminó por ser una exhibición donde los Acereros mostraron sus mejores armas, al apalear 21-52 a las Panteras, y de paso confirmarse como serios contendientes a pelear por el título.

EL PARTIDO

Decir que la primera serie ofensiva por parte de las Panteras fue un puro espejismo se queda corto. Carolina metió miedo con un buen ataque terrestre y logró irse arriba en el marcador, sin embargo, a partir de ahí, se vio ampliamente superado por unos Acereros que salieron inspirados.

El buen momento de Pittsburgh se notó desde la primera jugada, tras un pase largo de Roethlisberger que encontró las manos de Smith-Schuster y que sirvió como punta de lanza a una verdadera exhibición de los Acereros en todos los sectores del emparrillado.

“Big Ben” tuvo una gran noche al lanzar cinco pases de anotación y completar 22 de sus 25 intentos, para un total de 328 yardas. El mariscal de campo repartió de manera magistral su ofensiva, al encontrar en zona prometida a cinco receptores distintos. Antonio Brown, como ya es costumbre, lideró el ataque aéreo con un total de 97 yardas.

Por tierra, James Conner anotó un touchdown y corrió para 65 yardas, sin embargo, se le vio con ciertos problemas físicos, por lo que tuvo que repartir acarreos con Stevan Ridley y Jaylen Samuels.

La defensa de los Acereros fue parte fundamental de la paliza. El buen trabajo de la línea defensiva al momento de presionar al quarterback dio sus frutos, al capturar a Cam Newton en cinco ocasiones. Esa presión generó una intercepción que fue devuelta hasta la zona de anotación y representó un duro golpe del cual las Panteras ya no pudieron levantarse.

Por parte de Carolina, el corredor Christian McCaffrey anotó tres touchdowns y corrió para un total de 77 yardas. Can Newton tuvo una noche dura, al lanzar dos pases de anotación y ser interceptado en una ocasión.