POR: RUBÉN BERISTÁIN

El estadio Azteca es azul. La Máquina pita muy fuerte como local en este torneo y está cerca de conseguir una marca histórica en torneos cortos. Pedro Caixinha y los suyos han logrado hacer una muralla inquebrantable para todo aquel que los visite y es que da miedo a los rivales pisar el Coloso de Santa Úrsula, donde acumulan siete victorias y un empate, con 16 goles anotados y únicamente 2 recibidos. De hecho, su imbatibilidad se prolonga desde el torneo pasado en el estadio Azul y en total acumulan 12 encuentros sin derrota en esa condición.

En su regreso al inmueble en este certamen, los Celestes reviven glorias pasadas, precisamente en el lugar donde gestó su grandeza. En antaño, los aficionados vivieron muchas alegrías, sobre todo en la década de los setentas, donde ganaron cuatro campeonatos sobre su grama mágica, una Copa México, una Copa de Campeones de Concacaf, además de disputar también la Copa Libertadores donde llegaron a la gran final.

Con una victoria ante Lobos BUAP, llegaría a 25 unidades cosechadas e igualaría lo logrado en el Invierno 98, producto de ocho triunfos y un empate, donde marcaron 25 tantos y apenas recibieron cuatro. En ese entonces, el banquillo era representado por Luis Fernando Tena y hoy Pedro Caixinha lo podría igualar con el 96% de efectividad.

Es así como los de La Noria terminarían por quinta ocasión como el mejor local del torneo desde 1996. La ocasión más reciente fue en el Apertura 2010 cuando consiguieron 24 unidades. También lo lograron en el Invierno 2000, con 24 y el Clausura 2006, con 20.

Específicamente en el Azteca, no termina invicto desde la temporada 1978-1979, cuando ganó 14 y empató cinco enfrentamientos. En ese certamen, levantó el título, lo que ahora sería un gran augurio para los cementeros.

Cruz Azul regresó a casa y no quiere inquilinos incómodos. Está en busca de romper con casi 21 años sin título y van por buen camino de recuperar esa mística que ganó en sus mejores épocas, la cual quiere revivir desde hoy.