VICENTE Leñero, ya convertido en cenizas, llegó al majestuoso Palacio de Bellas Artes, para recibir su homenaje póstumo, al mediodía de ayer, escuchándose una fuerte ovación por parte de familiares representados por sus hijas, amigos y funcionarios de la cultura del país.
Frente a la imagen del escritor, periodista y autor de “Los albañiles” a un costado de la librería en el interior del recinto cultural, el homenaje inició con la primera guardia de honor por parte de sus hijas: Isabel, Mariana, Estela y Eugenia Leñero, mientras que estuvo ausente la viuda Leñero.
Después continuaron en la monta de guardias el escenógrafo Gabriel Pascal, los directores de teatro Luis de Tavira, Enrique Singer, José Solé y el escritor Ignacio Solares, musicalizando su presencia se escuchó al ensamble Coyoacán ejecutando piezas de Antonio Vivaldi, Wolfgang Amadeus Mozart y Georg Friedrich Handel.
En este tributo a un día de su partida física, se escuchó también el grito de una persona que en dos ocasiones dijo: “Vicente vive”, en tanto, seguían las guardias a cargo de familiares y amigos.
Tras concluir las guardias, el director de la Compañía Nacional de Teatro, Luis de Tavira, mencionó que el teatro es el arte de la presencia y “nos ha enseñado a morar el instante, demorarnos en el aquí y en el ahora para dejar que surja”.
En su intervención, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), dijo que Vicente Leñero construyó una obra definida por la tenacidad, pues más de una vez se le recuerda hablando de apartarse de la literatura, luego romper borradores y reiniciar en una que otra ocasión la ardua tarea de vencer la página en blanco.
“Con ese ejemplo nos dio una lección de disciplina, de exigencia personal y de determinación a la que debemos páginas que quedan ya en la historia de la literatura en lengua española, una voluntad al final de no renunciar a su verdadera vocación, aun cuando crear universos, perfilar historias o animar personajes sea una de las actividades más complejas a las que puede enfrentarse la inteligencia humana”, resaltó Tovar y de Teresa.
El titular del Conaculta comentó que ante todo el trabajo de Vicente Leñero estuvo el estímulo de su familia, una familia amorosa y creativa que representó para él toda su vida.
Se concluyó el acto con la guardia de María Cristina García Cepeda, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Luis de Tavira, y el secretario de Cultura del Distrito Federal, Eduardo Vázquez Martín.
En entrevista posterior, la dramaturga Estela Leñero, hija de don Vicente, informó que las cenizas de su señor padre reposarán en su casa en San Pedro de Los Pinos de esta ciudad. Y añadió que su mamá decidió quedarse en su residencia acompañada de gente querida para esperar las cenizas de quien fuera su esposo.