Foto: Ramón Romero

Inevitablemente el Clásico Capitalino lo llena de ilusión. Acostumbrado a jugarlo desde fuerzas básicas, Alfredo Saldívar sabe que no es un partido más el que se vivirá a partir del miércoles en las semifinales del Apertura 2018, aunque está claro que Pumas le tiene que pasar por encima a cualquiera. El “Pollo” es un cancerbero de ambiciones. Así lo tiene tatuado en una de sus manos. Aunque ya fue campeón con la piel felina en 2011, desde aquella final contra Morelia se puso el objetivo de convertirse en el titular de Pumas y volver a coronarse. Hoy está a dos partidos de lograrlo.

“Los clásicos en la capital tienen un sabor especial. A cualquiera le gustan en Liguilla, cualquier cosa puede pasar, es visualizarse ante el que sea y poder cumplir esas metas. Es mentalizarse que podemos ganar ese trofeo”, explica el portero para ESTO. “Lo más reciente es el campeonato de 2011. Si bien no tuve participación, pero fui parte de ese grupo. En ese instante me propuse sentir lo mismo, mas siendo más participe de un campeonato, estoy peleando por eso, porque es lo que he soñado todos estos años de titular y no voy a descansar hasta conseguirlo, es una meta que tengo”.

Alfredo Saldívar vivió pasajes de angustia cuando debutó. Con Alejandro Palacios en el marco, parecía que no habría una posibilidad cercana de hacerse de los estelares, aunque peleó y hoy cosecha parte del éxito.

“La ambición es una parte importante del futbolista, querer ser más, no conformarse con lo que se ha logrado, entonces, desde que debuté me propuse volver a jugar, pasaron cuatro años y a lo mejor eran momentos difíciles, pero me mantuve ahí con esa mentalidad y ese esfuerzo que venía haciendo para volver a jugar. Partiendo de ahí: ser titular y campeón, ahora también con la oportunidad de pensar en la Selección. Es eso, querer siempre más: pensar siempre en grande”, comparte.

El cancerbero auriazul se ha convertido en uno de los mejores atajadores de penaltis de la Liga MX, en gran parte gracias al trabajo que ha desarrollado junto con Marcello Capirossi, entrenador de porteros de Pumas.

“Es un trabajo en conjunto, el entregarlos y que haya gente atrás que te diga con vídeos o con ese trabajo extra que no se ve en los partidos, todas esas personas que trabajan en la tele analizando a los rivales y creo que es un apoyo fundamental”, afirma emocionado. “Marcello semana con semana nos manda los posibles cobradores y es una ayuda, aunque no es una garantía que en el partido lo pueda detener. Afortunadamente con trabajo y todo eso puedo tener tres de tres”.

El gran secreto para el momento que vive Alfredo Saldívar es simple: disfrutar el futbol y la vida, equivocarse con personalidad y levantarse para corregir. “Tenemos una frase antes de los partidos que es ‘disfrutarlo’, las cosas salen solitas. Hacer lo que haces con alegría es una clave como portero; no puedes entrar a una cancha con presión, si te equivocas te equivocas bien; sí decidiste algo es con toda la personalidad y con ese sentir de no dejar nada y cumplir ese reto que nos pusimos de llegar a la final”, remata el cancerbero auriazul.