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Mira

8, diciembre 2018 - 15:09

┃ EFE

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Es media tarde del sábado y la marea humana que abarrota el centro de Madrid asiste al encendido diario de las luces de Navidad. Tonos azulados y verdosos dominan la Puerta del Sol y sus calles aledañas, pero hoy, entre ellos, se han colado dos invitados excepcionales: el rojo y el blanco de la hinchada de River Plate.

La capital de España alberga mañana el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre los equipos argentinos River Plate y Boca Juniors, y los seguidores de ambos equipos han dotado de un colorido especial a la ciudad en un fin de semana que, ya de por sí, es uno de los más concurridos del año en las calles madrileñas.

Y si a los “xeneize” de Boca Juniors les tocó armar ruido por la mañana, cuando se reunieron para alentar a sus jugadores en el hotel donde se alojan, en un barrio del norte de Madrid, a los “millonarios” de River les ha llegado el turno por la tarde en la céntrica Puerta del Sol.

Congregados alrededor de una de las fuentes de la plaza y cargados con banderas, paraguas rojiblancos y alguna que otra bengala, los hinchas de River han encadenado cánticos de apoyo a su equipo, contra Boca Juniors y contra la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), mientras paseantes y periodistas grababan la escena.

Ninguno de los aficionados desplazados a Madrid para la ocasión quería perderse este “banderazo”, ni siquiera Gastón, que maleta en mano y recién aterrizado desde Chicago (EEUU) explicaba a Efe que, si bien discrepaba de la decisión de celebrar el partido en España, “tenía que venir” y sacó su entrada “en caliente y sin medir las consecuencias”.

Y es que a pesar de la multitudinaria afluencia de hinchas argentinos a Madrid con motivo de esta final, su disputa en territorio europeo no parece satisfacer a casi nadie. “Una mierda, un desastre”, respondía Leandro, vestido con una camiseta de Boca, al ser preguntado por su opinión al respecto.

“Nos hubiera gustado que el partido se jugara en Argentina”, ha coincidido Claudio, también seguidor ‘xeneize’, que ha asegurado que “lo que pasó en el Monumental” de River Plate el pasado 24 de noviembre “no pasa habitualmente”.

“Lo que pasó en el Monumental”, huelga recordar, fue un asalto de los ultras de River contra el autobús de Boca que se saldó con varios futbolistas heridos, decenas de detenidos, la suspensión del encuentro y su ulterior desplazamiento al estadio Santiago Bernabéu, del Real Madrid.

No lo olvida un joven madrileño llamado Manuel, que hoy opinaba que estén aquí “todos los violentos de un país de donde les han echado y los han metido en la Puerta del Sol”, a la vez que criticaba el coste que tendrá el dispositivo de seguridad para el evento (sólo el despliegue de la Policía Nacional costará al menos 650.000 euros).

Sin embargo, los hinchas argentinos están seguros de que el ambiente en España será de tranquilidad y concordia. “Ahí hay uno de River y no pasa nada”, comentaba Leandro mientras veía pasar por su lado a un aficionado rival.

De momento, los futboleros no interfieren en el trasiego de la multitud que atesta estos días el centro de Madrid, repleto de turistas y locales que acuden a hacer compras, contemplar el alumbrado navideño, comerse un típico y madrileño bocadillo de calamares o un trozo de roscón de Reyes (dulce navideño).

La previsión de ocupación de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid para estos días, que han coincidido con el puente de la Constitución (en que se ha celebrado el 40 aniversario de la Carta magan española) rondaba el 80 %.

Tan elevado es el tráfico humano de esa céntrica zona de la capital española, que en dos de sus calles más conocidas, Preciados y Carmen, se han instalado sendos semáforos peatonales para descongestionar la zona, muy visitada por madrileños y turistas españoles y del resto del mundo, entre ellos los seguidores de Boca y River que han cruzado un océano para ver “campeonar” a su equipo.

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