Foto: Archivo ESTO

El popular conejito que conduce La Máquina es el símbolo inconfundible del cruzazulismo. Óscar Pérez, aquel guardameta saltarín que alcanzaba el travesaño con los pies en sus años mozos, heredó el sobrenombre y hoy ostenta el estatus de ídolo, aun cuando sólo atesora el único trofeo celeste en los últimos 38 años de vida de la institución albiazul.

Si bien en la actualidad, a los 45 años de edad, aún defiende los colores del Pachuca, aunque no lo confiesa abiertamente, el emblemático jugador lleva grabado el escudo de Cruz Azul en la intimidad del corazón. “Sí, mira, la verdad es que me genera emoción”, descubre el “Conejo”, al ver a su amada escuadra en la gran final de la Liga MX. Porfiado en ocultar sus sentimientos, apela al tono conservador y adopta ese acento respetuoso que incluye al americanismo, con todo y que reviste la auténtica rivalidad con la que él creció en sus tiempos como guardavallas cementero.

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“Cruz Azul y América son dos equipos importantes de la capital”, prosigue Pérez. “Los dos estuvieron en la punta durante todo el torneo. Hay muchos ingredientes que la hacen una final interesante. La Máquina es la mejor defensiva y América, la mejor ofensiva. Me parece que la batalla está muy pareja. El primero que se equivoque va a ser muy complicado que pueda dar vuelta, por la calidad de los equipos”, valora Óscar, quien apenas esboza el afecto hacia el club que lo ha visto nacer. “Siempre con la mentalidad de que le vaya bien a Cruz Azul”, dice al fin. “Con el pensamiento de que pueda romper esa racha adversa y terminarlo como ellos quieren”, abunda, en exclusiva para ESTO.

El “Conejo” conserva intacta la memoria de aquella final de Invierno 1997, la última que ganó La Máquina en torneos de Liga. A 21 años de distancia, Óscar traslada el pensamiento al estadio Nou Camp, donde alzó el trofeo que lo inmortalizó. “Me tocó, tuve la fortuna y la suerte de estar ahí”, comparte con humildad. “También recuerdo que había pasado mucho tiempo de que no se había logrado el campeonato. Me parece que eran 14 años sin ser campeón y la racha se rompió. Pudimos campeonar en una plaza difícil, ante un rival muy respetable y con muchas figuras de gran experiencia”, descubre sonriente. “Se me dio con mucha tensión, con mucha pasión, con más respeto ante un rival que tenía mucha gente experimentada y, sobre todo, la plaza. Me acuerdo que en el Azul nos fuimos 1-0 a León, le expulsaron a uno o dos y tratamos de ampliar el marcador, pero ellos se multiplicaron, se defendieron bastante bien, y luego con Comizzo, quien estaba en un gran momento”, relata el dos veces mundialista.

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“Después fuimos a León con el 1-0. En el segundo tiempo nos hacen el gol y el partido se fue a tiempo extra. Ganamos con un penalti. Fue un partido de mucha tensión y era mi primera Liguilla. Traté de poner lo mejor de mí, arropado por gente de experiencia, como Hermosillo, Galindo, Juan Reynoso. Pienso que había un gran plantel, entre gente de experiencia y los jóvenes. El grupo se amalgamó bien y pudimos sacar adelante esa final”, remata, esperanzado en que el próximo domingo esta nueva generación rompa con más de dos décadas sin disfrutar aquella experiencia que Óscar saborea cada que apela a sus recuerdos.

“Obviamente me pone contento, porque es una institución en la que tengo muchos amigos, donde pasé años muy bonitos y después de tanto batallar y sufrir sin clasificar, hoy que están en una nueva final, es una oportunidad para Cruz Azul de romper esa racha sin campeonar”, aboga Pérez, mientras hace un rápido balance de ambas escuadras y en su orientación futbolística se detiene inevitablemente en las porterías. “Sin duda, los dos equipos tienen gente de gran calidad individual, están equilibrados; me inclinaría más en el puesto, que es mi pasión. Pienso que Chuy y Marchesín son dos grandes arqueros y va a ser importante que transmitan esa seguridad que han tenido durante todo el torneo hasta la recta final. Va a estar muy parejo. Creo que no brillará uno que otro jugador de los dos equipos. Tanto Cruz Azul como América que van a dar mucho de qué hablar”, garantiza, mientras aguarda la ocasión de ver, a la distancia, la novena estrella en el escudo de su querida Máquina.

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EL NÚMERO

1 título ganó con Cruz Azul

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PALMARÉS

2 Ligas

1 Copa México

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Óscar Pérez Rojas

1 de febrero 1973

Altura: 1.71 m

Debut Deportivo: 1993

Posición: Portero

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SUS CLUBES

-Cruz Azul

-Tigres

-Jaguares

-Necaxa

-San Luis

-Pachuca