En América no hay descanso. Después de empatar 0-0 en la final de ida ante Cruz Azul, las Águilas tienen la firme intención de volar alto y entrenaron a tope de cara al partido más importante del semestre para ellos. Tienen una cita con la historia, quieren rebasar a las Chivas y ser el equipo con más campeonatos en el futbol mexicano. Pero enfrente tendrán a una Máquina incansable, que quieren arruinarles el festejo en un estadio Azteca que estará plagado de aficionados azules.

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Lo anterior no les importa. De visitantes, pero en Santa Úrsula quieren trascender. Es por eso que en cada balón de la práctica matutina de ayer lo entregaron todo. Hay alegría y confianza en el seno americanista por derrotar nuevamente en una final a los cementeros. Buscan que su hegemonía resalte contra la venganza que planean los dirigidos por Pedro Caixinha.

El entrenamiento fue ligero pero certero. Los titulares ante La Máquina hicieron regenerativo en gimnasio para recuperarse físicamente y los suplentes trabajaron en la cancha con el balón.

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La definición fue practicada una y otra vez. La mejor ofensiva del torneo, con 45 tantos en 21 partidos, no pudieron vencer a la muralla cementera y eso caló hondo en el interior del grupo. Es por eso que el estratega Miguel Herrera puso énfasis en ese aspecto, situación que será de vital importancia en lograr su objetivo final.