POR JOSÉ ÁNGEL RUEDA

Los Texanos sufrieron de más, pero al final consiguieron la victoria 29-22 ante los Jets para prácticamente amarrar su lugar en la postemporada y quedar muy cerca de ganar el Sur de la Conferencia Americana.

Fue un partido duro para Houston, que nunca pudo establecer su juego y tuvo que sumar puntos a cuentagotas ante una defensiva de los Jets que supo poner las cosas complicadas. Los Texanos contaron con una buena actuación de su receptor estrella DeAndre Hopkins y el tino de su pateador Fairbairn, quien anotó cinco goles de campo, para sacar una victoria importantísima.

Una de las claves para que el partido fuera tan cerrado fue la buena actuación de la defensiva de los Jets. El mariscal de campo de los Texanos fue capturado en seis ocasiones, situación que dificultó su accionar y lo obligó a soltar demasiado rápido el ovoide.

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Ante la presión, Watson logró encontrar la mayoría de las veces a DeAndre Hopkins, quien, pese a la doble cobertura, terminó el partido con 170 yardas y dos recepciones de anotación. En cuanto al juego terrestre, Houston se vio sumamente limitado, al promediar poco más de una yarda por acarreo.

Los Jets mostraron una cara distinta, en parte por el regreso de su mariscal de campo Sam Darnold, quien demostró una vez más que con trabajo y dedicación puede ser el quarterback del futuro. Darnold consiguió dos pases de anotación y encontró en Robby Anderson a su mejor hombre. En la cuestión terrestre, el equipo de Nueva York corrió para un total de 90 yardas.

Con este triunfo, los Texanos, que tienen marca de 10-4, se quedaron muy cerca de asegurar el campeonato divisional, incluso, una derrota de los Potros ante los Vaqueros y de los Titanes frente a los Gigantes le darían el título. El equipo de Houston enfrentará la próxima semana a las Águilas de Filadelfia, y cerrará la temporada regular ante los Jaguares de Jacksonville.