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Mira

3, enero 2019 - 21:46

┃ José Luis Camarillo

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Para Mauricio Sulaimán Saldívar, titular del Consejo Mundial de Boxeo, la muerte del fabricante de los guantes más famosos, Eduardo Alberto Reyes Pérez, más conocido como Alberto Reyes, “es una verdadera tristeza, es un golpe durísimo para empezar el año”.

El directivo asistió en la mañana de este jueves a la funeraria de Sullivan, a encabezar un acto de homenaje del WBC al extinto empresario. Previamente sus hijos Alberto, Magdalena y Elizabeth agradecieron el afecto de tantas personas que acudieron a presentar sus condolencias. Poco después, Mauricio colocó un cinto de campeón universal del WBC sobre el féretro de madera que fue bajado temporalmente del primer piso a la capilla de la planta baja en que se ofició una misa.

Se invitó a los presentes a expresar sus pensamientos. Ahí, varios trabajadores de Industria Reyes dijeron que Alberto Reyes los trataba como parte de su familia.

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Sulaimán Saldívar evocó a Beto Reyes como alguien “siempre sonriente, siempre amable, siempre dispuesto a ayudar”. Agregó que “Alberto deja una familia muy unida, con una gran responsabilidad de continuar su legado que viene desde don Cleto Reyes; es algo inesperado porque él estaba lleno de vida, nos acompañó a la reciente Convención de Ucrania y muchísimos viajes en el mundo. El WBC está consternado y de luto”.

Asimismo, resaltó que “desde niño conocí a don Cleto, a Beto, a todos sus hijos. Una familia muy unida, dispuestos a estar ahí a todo lo que fuera boxeo; él vivió con mucha pasión, con mucha entrega, era muy trabajador, no le debía nada a nadie. Con sus manos, con su esfuerzo, con su sacrificio, llevó los guantes mexicanos a ser los mejores del mundo y así ganó premios nacionales de calidad de nuestro país, siendo un referente a nivel mundial, siempre manteniendo una sencillez ejemplar, una manera muy única de ser”.

Mauricio Sulaimán exaltó que “siempre que había una necesidad, Alberto era el primero en brindar su apoyo equipando gimnasios en colonias pobres y de otros países; cuando había tragedias, también participaba. Nos apoyaba en programas en cárceles, en programas sociales; tenía una gran manera de ser, de entregar y de regresar a la sociedad mucho de lo que el boxeo le dio. A todos los boxeadores que iban a Reyes con la ilusión de tener unos guantes, él los apoyaba siempre”.

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