LAS cámaras, micrófonos y grabadoras se quedaron con las ganas.

Los medios de comunicación llegaron al Aeropuerto Benito Juárez con la consigna de obtener alguna declaración rimbombante de las Águilas antes de tomar el vuelo que los condujo a Nuevo León, sede del duelo de ida de la Gran Final ante Tigres.

La espera duró alrededor de dos horas, ya que el equipo dirigido por Antonio Mohamed estaba citado en la Terminal 2 en punto de las 14 horas, debido a que su vuelo despegaría a las 16 horas.

Conforme los minutos transcurrían aficionados comenzaron hacer acto de presencia, cánticos, banderas y “trapos”, situación que alentó a periódicos, radiodifusoras y televisoras, ya que la despedida sería en grande y la información variada y nutriente, pero conforme la hora del despegue se acercaba, la impaciencia comenzó a invadir a reporteros, pues ni una pluma se observaba de las Águilas.

Treinta minutos de la hora clave, los aficionados corrieron despavoridos por la sala de espera, América estaba cerca, o eso parecía el mensaje de la estampida humana, ya que deseaban estar cerca de sus ídolos para obtener una rúbrica o una foto del recuerdo, pero nada…

Los relojes marcaron las 16 horas y el avión despegó. Todos los medios de comunicación nos quedamos vestidos y alborotados, los “Cremas”, ingresaron al Aeropuerto de la Ciudad de México por la puerta de atrás, pues así lo demostraron los twitters de los jugadores, dentro del avión; contexto por el cual no pudimos recabar declaraciones de los protagonistas de la Final, lo único que pudimos captar fue el gran colorido que nos ofrecieron sus seguidores. (Tonatiuh G. Trujillo/Fotos: Juan Ramos)