La alegría no la puede disimular Bill Belichick.

Un día después de ganar su sexto anillo de campeón y sacarse la espina tras la frustración que le dejó la derrota en el Super Bowl LII, el “Monje” lució tranquilo, satisfecho con el accionar de sus muchachos, aunque eso sí, aseguró que este no es el final y tratarán de seguir incrementando su legado en la NFL.

“Los muchachos hicieron un gran trabajo, realmente se lo merecían”, señaló el veterano entrenador de 66 años de edad.

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Pese a que como explicó, es un “trabajo de todos”, hubo un hombre que se lo merecía más que nadie. La liga reconoció a Julian Edelman como el MVP del Super Bowl y su entrenador no podía estar más de acuerdo.

“Nadie ha trabajado más fuerte que Julian para desarrollar sus habilidades, él no tuvo la experiencia de ser un receptor abierto en el colegial”, ironizó el head coach de Nueva Inglaterra, quien seleccionó al #11 como quarterback.

El “Monje” siguió alabando a Edelman: “Él representa la determinación, el deseo y la capacidad de trabajar bajo presión. Es el molde de los mejores jugadores en la historia de la organización. Recuerdo que antes de contratarlo lo llevamos a hacer pruebas un par de ocasiones, atrapó pases, regresó patadas e inclusive jugó a la defensiva. Era algo que nunca había hecho antes y lo hizo con una gran mentalidad”.

Belichick está feliz, con el objetivo cumplido y después de un par de días de festejo, sabe que su mirada ya debe estar puesta en la siguiente temporada. “Regresaremos”, advirtió el “Señor de los anillos”.