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Mira

12, diciembre 2014 - 10:37

┃ María Vega

nota-espe-cultura

LOS dreads se desempolvaron con un cadencioso movimiento de caderas y hombros.

La sabrosura del reggae acústico puso a bailar a México; mientras la voz de Willy Rodríguez, quien entonó una de las canciones más sensuales, cautivó los corazones de más de siete mil mexicanos, quienes tomaron a sus parejas de la cintura y bailaron muy “pegaito”, a un ritmo Ilegal, pues… ¡Tener tus ojos debe ser ilegal y más si cuando miras sólo inspiras a pecar!, para de esa forma hacer llegar al éxtasis a los presentes quienes le susurraron al oído de sus amados cada letra y así culminar con un largo beso pasional, donde ¡sus manos jugaban a conocer sus espaldas y con toda la calma se alarga la deliciosa expedición hacia sus!… Cultura Profética, uno de los mejores grupos de reggae en Latinoamérica, se presentó en nuestro país y abarrotó el Pepsi Center. El éxito de los boricuas fue rotundo, tanto que cada que el pueblo mexicano entonaba las letras de sus canciones más comerciales Willy y compañía enmudecían, pues a los puertorriqueños se les enchinaban la piel, el cariño fue recíproco, así que las caravanas del escenario a las butacas no se hicieron esperar.

Boris Bilbraut, quien reventó los platillos y retumbó los bombos nos remontó en la historia rastafari, pues entonó una de las canciones más representativas de Bob Marley una de las máximas figuras del reggae, lo que alegró más nuestros corazones… ¡Búfalo soldier dreadlock rasta, there was a buffalo soldier in the heart of America, fighting on arrival, fighting for survival!

Para cerrar con broche de oro su gira por México, llamada “Saca, prende y sorprende”, los caribeños entonaron la rola que lleva el mismo nombre, con la cual el esqueleto se nos estremeció y nuestros pies bailaron sin cesar.

El final llegó, nadie quería que culminara, pero los pies ya dolían, los ojos se cerraban, pero la sonrisa perdurará por mucho tiempo, puesto que pocas veces se puede combinar una dulce y sensual melodía con el olor a hierba y las raíces que nacen de tu cabeza. (María Fernanda Vega Muciño)