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12, diciembre 2014 - 10:41

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POR ALMA ROSA CAMACHO

A ALEJANDRO Bichir –padre y director escénico-, Odiseo y Bruno Bichir –hijos-, les llevó tres años cristalizar la puesta en escena de comedia “El último preso o la policía”, del dramaturgo polaco Slawomir Mrözek, que estrenarán del jueves 25 de este mes, con funciones diarias hasta el 11 de enero de 2015.
En conferencia de prensa multitudinaria ayer, en compañía de Lily Garza, de la productora Escarabajo, se reiteró que a una década de que la dinastía Bichir no pisaba el mismo escenario teatral, disculparon para la ocasión a Demian, el mexicano nominado al Oscar, quien se encuentra en Los Ángeles, California; “atendiendo sus asuntos laborales en suelo norteamericano”, detalló Odiseo.
Sin darle importancia a la ausencia de Demian, aun cuando tiempo atrás se mencionó su nombre para la temporada teatral en “El último preso o la policía”, el elenco presente, al que se unen Reynaldo Rossano, Sandra Cobián y Jasif Sadal, dieron los pormenores del contenido dramático que arrancará en el Foro Shakespeare.
Más que reiterar que el texto es vigente por la ciudadanía enardecida que se revela ante un gobierno opresor, cuyo libreto fue escrito por Slawomir Mrözeken 1958; se hizo saber que la obra se estrenó en 1969 y ahora en 2014, se repone con la dinastía Bichir.
“Es una farsa que apegada a la realidad, es circunstancial porque ‘nosotros en México no vemos más que alegrías’ y para nosotros es un placer y orgullo montarla desde el 25 con dos representaciones por día, para lo cual mi padre Alejandro tendrá de alternante a Jasif, por aquello de que el cuerpo no le responda”, expresó Bruno.
Sin querer vender la historia, sostuvieron que a más de una década de que la dinastía Bichir se reunió por “Malcom y su lucha contra los eunucos”, nuevamente lo harán, ahora con “El último preso o la policía”.
Así, los veremos a cada uno con sus personajes ser parte de un sistema represor que brutalmente ha sobajado al pueblo y cansados de acallarlos, se retractan de sus ideas revolucionarias, como será el caso de “El último preso”. Y bueno, se da un existencialismo puro cuando la policía se queda sin chamba porque ya no habrá a quién meter a la cárcel.

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