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12, diciembre 2014 - 22:30

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POR HÉCTOR REYES
FOTOS: ARTURO GARCÍA

LA marchista Yanelli Caballero está herida en su amor propio después del sexto lugar obtenido durante los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, en un año para el olvido, con lesiones, enfermedades y sólo haber cumplido dos de los tres mil kilómetros de entrenamiento en su etapa de transición de juvenil a primera fuerza.

“No fue una temporada buena para mí, porque no conseguí los resultados que yo quería, tengo que trabajar mucho, prepararme más para el 2015 y buscar la clasificación a los Juegos Olímpicos”, declaró la subcampeona mundial hace tres años, en la categoría para menores de 18 años.

Para Veracruz no pudo realizar tres campamentos de aclimatación y tampoco recibió apoyo de transporte para entrenar en el Desierto de los Leones y el Centro Ceremonial Otomí, entre otras omisiones, a pesar de que existe un plan de rescate de la caminata.

“Se supone que hay un recurso, pero no sé. Para qué hay entrenador si ellos piensan que su planificación está mal, entonces ellos van a decir que fechas, porque no es así, los resultados también se dan conforme a una preparación, y si no haces un trabajo completo o como el entrenador lo pretende hacer, los resultados no salen como los planeaste desde el principio”, señaló la deportista dirigida por el ex machista Ignacio Zamudio, reconocido esta semana con el Premio Estatal del Deporte.

Acostumbrada a ser una de las mejores marchistas del mundo, el sexto lugar en Veracruz fue un golpe psicológico y una experiencia a tiempo, previa a los grandes compromisos, en un equipo que tiene entre sus filas a la subcampeona olímpica juvenil: Valeria Ortuño.

“Sí me afectó mucho porque yo sé que mi nivel competitivo es otro, pero me hizo falta trabajo, me hizo falta actitud y también me hizo falta decisión. Entonces es lo que tengo que hacer, todo lo que uno trabaja tiene una recompensa. Estoy sentida conmigo misma, no estoy satisfecha con ese lugar”, reiteró la marchista que sólo tuvo cinco días de descanso para comenzar la preparación física para el año entrante.

“No quiero adelantar nada, pero creo que me estoy esforzando al máximo, estoy tratando de hacer lo mejor de mí, disciplinarme y hacer lo que me corresponde; me ha costado un poco de trabajo hacer mucha distancia, pero también me gusta y eso debe ser un balance para mejorar en el 2015”, subrayó.

Ahora ve al futuro, después de salvar una cirugía de rodilla y caminar seis pruebas de 20 kilómetros.
“A veces dar ese paso da un poco de miedo, de mucho trabajo, de sacrificarte en el sentido de que siempre va a haber dolor, porque así hagas ciertos kilómetros y termines vomitando, te duelan los pies, tienes que hacer tu trabajo. Mi entrenador me dice que todos los atletas pasamos por un mal momento y que espera que yo tenga ese buen momento de poder balancear todo lo que tengo que hacer”, concluyó la marchista.

El año entrante tendrá la Copa Panamericana de Caminata, los Juegos Panamericanos de Toronto y el Campeonato Mundial, así como perseguir la marca olímpica con un año de anticipación. Además de ingresar a la Universidad.