CRÓNICA

El espectacular duelo que Rayados y Tigres prometieron para el derbi 118 quedó a deber y firmaron un clásico empate en el BBVA Bancomer. Anoche, Tigres supo sufrir en un viejo lugar de gloria. En el “Coloso de acero”, los de la UANL vinieron de atrás y negociaron un empate, 1-1 final, que los ayudó a mantenerse en la cima del Clausura 2019, con 23 unidades.

Rayados luchó contra sus fantasmas, pero tras irse al frente con un golazo de “taquito”, cortesía de Rogelio Funes Mori, La Pandilla se tiró atrás y terminó por perder la ventaja. Los puntos se dividieron, esta vez. Ninguna parcialidad festejará toda la noche.

EL JUEGO

Dos veces al año, la Sultana del Norte se paraliza. Las calles se llenan de playeras rayadas o amarillas, difícilmente hay más. Ayer, en el BBVA Bancomer, se jugaron dos partidos, el primero de ellos en el rectángulo verde, donde los talentosos hacen lo suyo para darle el triunfo a su equipo. El otro fue en las tribunas, donde el hincha tiene su ritual, se persigna, canta y se emociona, todo con la esperanza de que el aliento empuje la pelota hacia la portería.

Monterrey luchó contra sus fantasmas. Con personalidad salió al terreno, tomó la pelota y se fue al frente, mas fue mucho corazón y poca idea. Tigres sabe de memoria a qué juega. Sin presiones, fue de menos a más y tuvo la más peligrosa. Enner Valencia corrió a la banda para recuperar el balón, levantó la mirada y vio a Julián Quiñones. El centro retrasado no sé hizo esperar, ahí apareció Eduardo Vargas, y aún sin marca, el andino la voló, en su intento por perforar la red. El grito de gol se ahogó en San Nicolás de los Garza. La Pandilla volvió a ir al frente. Centro por izquierda que controló Funes Mori en el área, el “Patón” Guzmán salió a achicar y evitó el gol de su compatriota.

El “Mellizo” no sé rindió ahí y tampoco le dejó de apoyar su afición. Triangulación por izquierda, Vangioni recibió en el área y encaró, el lateral tocó en el momento justo para que Rogelio pudiera controlar, aunque lo hizo de espalda a la portería. Ahí nació la genialidad, el delantero remató con un taconazo. Sorprendido, Nahuel no pudo hacer nada para evitar el gol. El “Coloso de acero” cobró vida y gritó el gol a todo pulmón.

Con la inercia positiva, Monterrey se mantuvo al ataque. Nicolás Sánchez, el defensa goleador, se fue a rematar en tiro de esquina. El alto futbolista conectó con la testa, pero el balón salió desviado hacia donde estaba Jesús Gallardo completamente solo. El mundialista mexicano ya ansiaba el festejo, pero no contó con la milagrosa reacción de Nahuel. Al final, a pesar de todo, la acción fue invalidada por fuera de lugar. Quedó para la anécdota.

En el reinicio del cotejo, Ricardo Ferretti modificó. Pancho Meza se fue de la cancha y cedió su lugar a Hugo Ayala.

Los zarpazos no se hicieron esperar por parte de Tigres. Eduardo Vargas fue uno de los hombres más incisivos. El chileno tomó la pelota por derecha, llegó a línea de fondo y sacó un escopetazo que apenas coqueteó con la línea, pero no encontró algún pie que pudiera mandarla a besar la red.

En una nueva oportunidad, Luis Quiñones ganó el balón por aire, el colombiano la prendió de volea y Marcelo Barovero atajó, pero concedió rebote. Vargas se tiró para contrarrematar, mas el “Trapito” le arrebató el balón de los pies.

Con Rayados completamente atrás, los felinos comenzaron a acechar a su presa. De los botines de Luis Rodríguez salió un balazo que puso a prueba a Barovero. El escopetazo del “Chaka” apenas fue rasguñado por Marcelo. Solamente fue cuestión de tiempo para que el gol de la igualada se hiciera presente. Luis Quiñones se hizo del balón, dribló a línea de fondo y sacó balazo impresionante a primer poste. El “Trapito” se lanzó a por la pelota, pero terminó por empujarla al fondo de la portería. Del otro lado de la Ciudad, el “Volcán” hizo erupción.

Heridos en el orgullo, los Rayados fueron a buscar el gol del triunfo, pero lo hicieron muy tarde, el tiempo se agotó.

¡Clásico! Monterrey y Tigres dividieron unidades.

GOLES

ACCIONES

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