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Mira

9, marzo 2019 - 19:43

┃ Yael Rueda

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La última vez que Rayados y Tigres se vieron las caras en el clásico regio, el juego pasó a segundo término, cuando las barras de ambos equipos se enfrascaron en una riña que terminó con un aficionado apuñalado y que se estuvo batiendo entre la vida y la muerte durante un mes.

Es por eso que previo a esta nueva edición del juego que divide Nuevo León, el gobierno estatal desplegó un impresionante operativo de seguridad, donde además de incluir a la policía local, estuvo involucrado el ejercito, resguardando los accesos a la cancha de Monterrey, situación que tranquilizó a los aficionados que poco a poco van llegando al BBVA.

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Durante la semana, jugadores de ambos conjuntos, como las televisoras locales, hicieron énfasis de no llevar la pasión por La Pandilla y la U a tintes violentos. Carlos Salcedo de Tigres y Miguel Layún de Monterrey fueron los embajadores de una campaña de paz, que hasta ahora, minutos antes del juego, ha rendido frutos.

Por parte de los grupos de animación, el de Rayados no se pronunció al respecto, ni anunció alguna logística especial para el gran duelo. La de Tigres, los Libres y Lokos pidieron no hacer caravanas al estadio y evitar algunos enfrentamientos con la hinchada local.

La noche del viernes, ambas barras tuvieron sus eventos característicos, con grupos de rock y cumbia, sin ningún reporte que lamentar