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Mira

12, marzo 2019 - 21:24

┃ Brian Sales

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Foto: Martin Montiel / ESTO

“D10s” pisó Ciudad Universitaria tras 33 años de ausencia. Lo hizo a otro ritmo, uno más lento, porque las piernas ya no responden igual. Hoy no dribla rivales, sino fotógrafos y aficionados que lo idolatran y no lo dejan respirar. No caminó sólo con sus compañeros, sino con una comitiva de seguridad que lo cuidó minuciosamente para evitar percances. Maradona se mantiene como ícono de la gente; incluso, ahora, provoca más furor.

Al Diego le dieron trato preferencial. No salió como todos los técnicos por el túnel, sino que madrugó a fotógrafos y presentes por una escalera diferente. Como genio y figura, tomó su asiento y recibió una visita esperada. Bruno Marioni le dio la bienvenida al Olímpico con un efusivo abrazo y un beso en la mejilla; saludó a un ídolo, a una leyenda, a un ex compañero y a un símbolo del futbol mundial.

“Me vienen recuerdos increíbles de cuando venimos el campo, el estadio estaba lleno. Es una anécdota maravillosa. Perder en un campo o en otro, quema igual”, expresó Diego.

Jamás abandonó su zona, porque se le dificulta. Las piernas que un día se hartaron de escribir gloria y sumar goles, hoy ya dan los pasos contados. Pese a la derrota, “D10S” se dejó querer. Respondió cada muestra de cariño por parte de los aficionados a los que no les importó el encuentro, sino que los escuchara su máximo referente.

“Perdimos bien, los chicos sintieron el trajín de los partidos. Pumas hizo su partido. No creo que haya la diferencia que mostró el marcador. Quiero felicitar a Marioni, ya le dije que quiero la revancha. Esto nos va a dar el impulso y coraje que necesitamos el sábado. El sábado van a ver otro Dorados”, confesó el técnico tras el encuentro.

Para abandonar el recinto, Maradona lo hizo como hace 33 años. Cruzó por el campo en el que un día tocó dos veces la gloria, y por fin pasó por la misma escalera que pisó en aquél Mundial. La tribuna estuvo inundada de playeras de Argentina. No fueron por Dorados, sino por él. Es lo que aún causa Diego Armando, euforia y ganas de poder estar lo más cerca de “D10S” en la tierra.