Foto: Twitter @Chivas

El Clásico Nacional es el partido por excelencia de la fase regular del futbol mexicano. Mucho se podrá decir de sus virtudes y carencias, pero es el único capaz de dividir a todo un país en torno a los colores azulcremas y rojiblancos. Los dos más ganadores, los dos con más arrastre de punta a punta de México e, incluso, más allá de la frontera. Sin duda, el Súper Clásico tiene un tinte muy particular que lo convierte en el encuentro más esperado del semestre.

A nivel internacional, las grandes rivalidades llevan implícitos factores extra futbol que las avivan. Religión, tendencias políticas, culturales y hasta económicas, juegan su papel en los Clásicos más importantes y pasionales del mundo. Sin que uno de estos elementos juegue directamente en el América contra Guadalajara, existen rasgos de una y otra institución que la diferencia de su acérrimo rival, formas de haber constituido su grandeza y legado, mismas que los hinchas han adoptado a la hora de defender a sus respectivos equipos en los más acalorados debates futboleros.

Como anécdota, las banderas que hoy defienden son totalmente opuestas a las de su fundación. Y es que Chivas, que hoy porta con orgullo el lema de “Puros Mexicanos”, irónicamente fue fundado por un extranjero, el comerciante belga Edgar Everaert bajo el nombre de Unión Football Club. En contraparte, a los cremas los fundó el mexicano Rafael Garza Gutiérrez, aunque con el tiempo los foráneos terminaron por darle el renombre a la institución que hoy tiene.

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Por el lado de América se puede hablar de la opulencia que los llevó a ganarse el mote de “Millonetas”. Y es que cuando Emilio Azcárraga Milmo adquirió al club, no escatimó en inyectarle billetes para hacerse de los mejores jugadores posibles y así comenzar a volverse protagonista del balompié nacional. Con la inversión y el tiempo llegaron los títulos. La mezcla de buenos mexicanos forjados en el Nido, en conjunto con extranjeros de buen nivel en zonas puntuales, comenzó a rendir frutos y alcanzó su clímax en la década de los 80.

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Hablar del Rebaño Sagrado es, de cierta forma, hacer un indicativo del sentido de pertenencia por la patria y lo hecho en suelo nacional, lo que inyecta un orgullo muy particular entre una de las fanaticadas más numerosas no solamente del país, sino de todo el continente. Cuando las camisetas de América y Chivas chocan en una cancha, dos ideologías se encuentran y solamente una puede salir victoriosa. Esta semana los dos conjuntos más importantes se dieron el lujo de regalar un combate a dos capítulos. Ya conocemos el resultado del primero, por lo que el segundo podría ser todavía más intenso.