POR ALEJANDRO ALFARO

El cambio de sangre en el futbol mexicano y particularmente en la Selección se encuentra en camino. Las nuevas caras del balompié azteca son una realidad y dentro de esto, destaca un nombre que ha deslumbrado a propios y extraños por su calidad y solvencia dignas de un futbolista experimentado.

En agosto del año pasado, Carlos Rodríguez tuvo su primera participación de Monterrey durante el partido de Copa MX en el que Rayados visitó a Venados. Un par de meses más tarde, Diego Alonso le daría la confianza de ver minutos en la Liga, desde ese momento, el hallazgo de confirmó.

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El joven mediocampista de 22 años de edad se ganó la confianza de su técnico y se hizo de la titularidad en una de las plantillas más bastas y costosos de la Liga MX. Sus actuaciones no tardaron en ser detectadas por el equipo de trabajo de Gerardo Martino, quien de inmediato lo incluyó para su primera convocatoria.

Cabe señalar que en el andar del nacido en San Nicolás d ellos Garza, se encuentra una breve experiencia europea. En la campaña 2017/2018, el canterano rayado fue cedido en calidad de préstamo a CD Toledo, equipo se la Segunda División B en España; sin embargo, la aventura no fue buena, su escuadra se fue al descenso y él tuvo que volver a la Sultana del Norte.

Dentro del fugaz crecimiento en el andar de Carlos, su primera convocatoria y participación con el combinado mexicano mayor llegó, y no solamente eso, lo hizo por la puerta grande al ser titular en la primera oncena del “Tata” en contra de un conjunto de una calidad notable como el de Chile.

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Rodríguez no se achicó. Jugó con la claridad que lo caracteriza y dio notas altas en su rendimiento individual. Su aporte fue notable y no cabe duda que los llamados se mantendrán en medida que él sepa mantenerse en la misma línea.

Rodríguez resultó una grata revelación y su nombre se une al de otros jóvenes como Diego Lainez, Roberto Alvarado y compañía, quienes llevan consigo el tan famoso cambio general de México en materia futbolística.