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Mira

30, marzo 2019 - 14:25

┃ Alonso G. López

americavstigres

Foto: Cuartoscuro

Era el 2005, el América dominaba el futbol mexicano pues como campeón vigente del Clausura 2005, se había metido a la Liguilla del Apertura como líder general de la competición, sin embargo, en los cuartos de final se llevaría una desagradable sorpresa.

Su rival era Tigres, equipo que se había metido a la Fiesta Grande gracias a que Jaguares fue castigado por no cumplir con la regla de menores. La sanción de tres puntos menos para Chiapas le bastó a los regios para meterse en la octava plaza.

El duelo de ida fue lo presupestado: América ganó sin contratiempos 0-2 en el Volcán y parecía encaminar la serie, pues se veía muy complicado que Tigres remontara en el Azteca, aunque los felinos viajaron con ilusión y dieron la sorpresa.

La tarde del 4 de diciembre quedó grabada en la memoria de los seguidores de la UANL. Jugadores como Carlos Adrián Morales, Wálter Gaitán y Sixto Peralta se echaron al equipo al hombro para sacar el triunfo.

Primero apareció Peralta para definir un centro cruzado de Morales; después el propio Carlos Adrián sirvió otros dos goles para el “Divino”. Un 0-3 contundente pesaba en el Coloso de Santa Úrsula.

Llegó el segundo tiempo y Kléber Boas ponía uno en el electrónico para las Águilas, lo que equilibraba el global y les daba el pase a semifinales pero apareció al minuto 90 un héroe inesperado: Julio César. El ex defensa del Real Madrid encontró una pelota en el área y la mandó al fondo con un derechazo imposible para el joven arquero Guillermo Ochoa. Explosión felina que contrastaba con el cementerio del Ave.

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Los tres minutos de tiempo agregado se fueron como agua entre los dedos y Marco Antonio Rodríguez pitó el final. Tigres  echaba al todo poderoso América a domicilio para citarse con Rayados de Monterrey en la antesala de la final, instancia en la que no tuvo la misma suerte.