Foto: Copa MX

Ciudad Juárez.- Pumas no quiso enfrentar al América en la final. Los Bravos de Juárez eliminaron y exhibieron a unos tristes felinos que no metieron ni las garras frente a un equipo del Ascenso MX. La expulsión de Rodrigo González condicionó el juego, pero le faltó el orgullo a los universitarios. América visitará la frontera la próxima semana para la final de la Copa MX.

EL JUEGO

Los titubeos fueron los dueños del inicio del partido. Pese a que Juárez mostró más ambición, la playera de Pumas pesó más. Poco a poco se equilibró la posesión del esférico, pero no hubo mayor peligro mientras los aficionados que entraron tarde tomaron su lugar. Los universitarios poco a poco mostraron desesperación por no poder desplegar su futbol. Hubo constantes reclamos en contra del árbitro, pero nada pasó a mayores para la causa felina.

Pumas encontró un gol tras una serie de rebotes, pero fue anulado por un evidente fuera de lugar de Juan Manuel Iturbe. Cada vez lució mejor el equipo azul y oro en el campo. Las pocas opciones que tuvieron los Bravos al frente fueron apagadas también por el juez de línea. A la primera mitad no le pasó más. Ambos equipos se respetaron demás y se fueron tablas a los vestidores.

Para el complemento, Rodrigo González se hizo el harakiri. Rodrigo González midió mal el balón, jaló la camiseta del rival y recibió al segunda tarjeta amarilla. El arquero Mellado efectuó el tiro libre que pasó sólo centímetros a un lado de la portería.

Ante la inferioridad numérica, el “Barullo” movió sus piezas. Sacó a Pablo Barrera y le dio ingreso a Pablo Jáquez para volver a tener una línea de cuatro en el fondo.

Con el pasar de los minutos, Juárez fue infinitamente superior. Poco a poco se acercaron al gol. Los del Pedregal no se pudieron sacudir el golpe anímico de la expulsión, por lo que no tuvo más opciones. Tanta presión orilló al “Barullo” a darle juego a su hombre gol, Carlos González.

Pumas no resistió más. Omar Panuco definió una gran jugada individual por la banda de Mauro Fernández. Fallaron Idekel Domínguez y Alejandro Arribas en la marca. El fracaso se empezó a asomar en el Olímpico Benito Juárez.

Los dirigidos de Bruno Marioni jamás encontraron la brújula. Los Bravos se quedaron a nada de finiquitar el encuentro tras una confusión que generó el juez de línea. Alfredo Saldívar salvó a su equipo y dejó un poco de ilusión en el pueblo azul y oro. Los presentes en el estadio comenzaron con los “oles”, porque Pumas ya ni la olió.

El harakiri volvió a aparecer rumbo al final del encuentro. Víctor Malcorra habilitó a tres jugadores, quienes, pese a las salvadas de Saldívar, decidieron el emcuentro con un gol de Luis López.

En el tiempo restante, sólo hubo patadas de ahogado. Jamás hubo futbol, solo faltas e imprecisiones por parte del equipo visitante. Aunque el cuerpo arbitral agregó cinco minutos, no hubo nada más que la triste cara de unos Pumas a los que nada les salió y que nunca mostraron hambre de triunfo.

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No hubo tiempo para más. Pumas jamás llegó a Ciudad Juárez y dio pena ante un equipo del Ascenso MX. Juárez recibirá al América el próximo miércoles en la gran final de la Copa MX, con el recuerdo en la mente del toreo pasado, en el que los eliminaron en octavos de final, en el estadio Azteca.