San Luis Potosí.- El Atlético de San Luis salió de cacería en la sierra potosina. El cuadro de Alfonso Sosa salió a buscar Venados y los encontró. Con la mira bien certera, los Rojiblancos jalaron del gatillo y liquidaron al cuadro astado con dos riflazos, marcador final 2-1, suficiente para llegar a su segunda final en fila, pero, sobre todo, para soñar con el ascenso directo a la Primera División.

El encuentro fue disputado, pero el error del Mérida fue querer jugar de tú a tú a un equipo que sobre el papel era muy superior.

Una ligera cornada quiso asestar Venados, pero el intento fue tibio. El argentino Franco Faría intentó probar a Carlos Felipe Rodríguez, pero el meta potosino fue mejor.

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El Atlético de San Luis mostró su conjunción en equipo. Centro por derecha al corazón del área, Ian González bajó el balón para Fernando Madrigal, quien disparó cruzado y reventó las redes. ¡La explosión de júbilo se dejó sentir en el Alfonso Lastras!

Moribundos, los Venados cedieron terreno y lo aprovecharon los Tuneros. A profundidad, Nicolás Ibáñez encontró la oportunidad para hacer daño. El argentino recibió un balón largo hacia la pradera izquierda, la zaga yucateca intentó cortar la acción, sin embargo, caprichosamente la pelota rebotó en Nico y quedó cómoda para ingresar al área. Frente al cancerbero no perdonó, definió a segundo poste y puso a todos los potosinos a soñar con un nuevo campeonato de la división de plata.

En el complemento, el Atlético de San Luis mantuvo la inercia ofensiva. El tercer gol estuvo a nada de caer gracias a los botines de Nicolás Ibáñez. El atacante pampero se tuvo fe y sacó un potente derechazo, inalcanzable para Armando Navarrete, que hizo vibrar el poste. El grito de gol se ahogó.

David Castro tuvo una más en favor de los locales. El mediocampista se lanzó con todo en busca de rematar una pelota, sin embargo, solamente se quedó en un intento ante lo largo que quedó el trazo.

Cuando Atlético de San Luis era mejor, los Venados demostraron que seguían con vida. Felipe Rodríguez ya se había puesto la capa de héroe en un par de ocasiones, pero el cancerbero no fue invencible.

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A balón parado, los astados dieron la cornada de la honra. Francisco Uscanga tomó la pelota, se dio un respiro y se encarreró para conectar la pelota. La parábola fue perfecta, el balón se incrustó en las redes ¡Golazo de Venados!

Los yucatecos pelearon con todo por la igualdad, sin embargo, el tiempo no les dio para más y los Rojiblancos culminaron la cacería. Los pupilos de Alfonso Sosa estarán en una nueva final.