La euforia por la histórica final regia entre Monterrey y Tigres han generado locura entre la afición de Rayados previo al juego, que con un enorme recibimiento a su equipo, provocaron el retraso de la llegada del club al estadio, debido a la gran cantidad de gente que se acumuló frente al camión que transportaba al plantel.

Los jugadores duraron cerca de 1 hora arriba del bus detenidos, mientras que la hinchada los acompañaba con cantos, banderas y la ilusión de levantar una Concacaf Liga de Campeones más.

Fue cerca de las 8 de la noche, cuando Rayados pudo ingresar al Gigante de Acero, ya con Tigres a punto de saltar a calentar.

El operativo de seguridad fue corto, para contener a los fanáticos e incluso hubo personas, que treparon a postes, señalamientos viales para alentar a su equipo, mientras eran solo observados por los elementos policiacos.

El estadio está prácticamente lleno a 1 hora del pitazo final y el ambiente en el BBVA es inmejorable para el gran juego.