POR YAEL RUEDA

FOTOS: ERIK ESTRELLA

ENVIADOS

Culiacán.- La corona del Ascenso MX tendrá que esperar para la final de vuelta. Este jueves, Dorados comenzó con ventaja en su cancha y ante su gente. El silbante les regaló un penal inexistente, pero al final, la justicia divina llegó para el Atlético de San Luis, marcador final 1-1.

Javier Báez anotó el gol de la ventaja culichi desde los once pasos. El árbitro Andrés Esquivel sancionó una mano de Unai Bilbao, cuando en realidad, la pelota golpeó su rostro.

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Los Potosinos apelaron a ser los “Reyes del empate”, fueron pacientes y esperaron el error. Juan Castro fusiló a Gaspar Servio y salvó el invicto Potosino.

¡Ni modo! Los Dorados de Maradona no puddieron ni con la ayuda de D10S, ahora deberan buscar el cetro y prolongar la serie por el Ascenso en el Alfonso Lastras, inmueble del que nadie ha salido con el triunfo en la bolsa.

La Pecera lució pletórica para afrontar una nueva final. Como si de un dejavu se tratara, Dorados de Sinaloa enfrentó al Atlético de San Luis, así como hace seis meses.

Desde la llegada de los equipos, los sinaloense hicieron su partido, y una vez en las gradas no fue la excepción. Los cánticos sonaron al unísono, con la intención de empujar el balón, aunque sea en el imaginario colectivo, hacia el gol.

En la cancha, locales y visitantes fueron mesurados. Si de una pelea de Box se tratara, habría sido el round de estudio. El balón se trabó en la media cancha, así se esperaba. Los dos rivales se conocen bien.

San Luis atacó, pero priorizó la ofensiva por bloque, los toques, el buen trato al balón. Dorados intentó más con pelotazos.

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Por la pradera izquierda se lanzó un centro pasado. Parecía que el balón se iría por línea de fondo, pero Amaury Escoto apareció para meter el recentro con la cabeza. Caprichosamente, la pelota impactó en el rostro de Unai Bilbao, sin embargo, el silbante del encuentro, a la distancia, vio una mano inexistente. El estadio Banorte pesó. Aunque dudó en marcarlo, decretó la pena máxima en favor de los locales.

La pelota la tomó Javier Báez. El paraguayo se perfiló y definió raso a la derecha. Carlos Felipe Rodríguez se tiró al lado contrario. ¡La Pecera estalló en júbilo!

La ayuda cobró factura. Instantes después, Amaury Escoto salió lesionado del terreno de juego. Rubio Méndez ingresó al terreno de juego.

El cotejo se volvió a trabar. San Luis fue incisivo, aunque no provocó sensaciones de auténtico peligro.

Dorados trató de ponerle hielo al juego, aprovechar la desesperación y enojo de los Potosinos, pero estuvieron a nada de ser víctimas de sus propias pifias. Fernando Arce intentó salir con la redonda controlada, pero perdió la posesión. A toda velocidad, los Tuneros tejían la acción, pero el centrocampista local regresó a cometer infracción. El tiro libre se marcó. El “Perrito” Sánchez quiso morder. Cobró con fuerza, pero la barrera desvió. La acción murió en tiro de esquina.

En el complemento, el partido se rompió en favor de los locales. Rubio Méndez recibió por izquierda, desbordó y se sacó de encima a un zaguero Potosino. El estadounidense afinó la mira y jaló del gatillo. Carlos Felipe Rodríguez le puso el pecho a las balas y con una impresionante atajada, ahogó el grito de gol.

En una nueva oportunidad, Fabián Bordagaray desbordó por derecha, se metió al área y mandó la diagonal matona. Rubio Méndez se relamia los bigotes, pero la barrida salvadora de la zaga llegó antes.

La respuesta llegó a balón parado. Madrigal cobró tiro libre por derecha, el centro fue a segundo poste. De cabeza, el recentro dio la sensación de que algo grande podía venir. Unai Bilbao conectó de cabeza y la pelota salió con una venenosa dirección, pero apenas le sacó pintura al poste. El Gran Pez se salvó de ser arponeado.

La virtud de San Luis fue la paciencia. Javier Báez pasó de héroe a villano. En la salida, el paraguayo perdió la esférica. Fernando Madrigal mandó centro al corazón del área, Ian González bajó la redonda en el área y la dejó servida para Juan Castro. El camisa 2 no perdonó y la mandó a las redes. ¡El grito de gol llegó hasta San Luis Potosí!

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Con el orgullo herido, los locales se fueron al frente. Alonso Escoboza se animó a ir al frente. Se sacó de encima al rival y dejó para Bordagaray. El argentino lanzó su remate, pero Dionicio Escalante apareció con la barrida salvadora.

El Atlético de San Luis tuvo una más. Noé Maya se animó de media distancia. La caprichosa se estrelló con un zaguero y cambió radicalmente y se impactó con el travesaño. El Gran Pez se salvó otra vez.

No hubo tiempo para más, Dorados tendrá que convertirse en el valiente que salga del Alfonso Lastra con una victoria, sí quiere tener la esperanza de llegar a Primera División.