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22, mayo 2019 - 18:10

┃ El Sol de México

tarantino

Tarantino se plagia a si mismo ofreciéndonos una especie de refrito de su película de 2009 Bastardos sin gloria en Érase una vez en Hollywood su último filme que esperado como uno de los eventos de este festival se estrenó ayer con la presencia de sus estrellas Brad Pitt y Leonardo Dicaprio…pueden imaginarse el revuelo que causó en los medios y el público la aparición de estos últimos en la alfombra roja y la función de gala de la película.

Tal y como Tarantino pretende en Bastardos sin gloria reescribir y/o interpretar a su peculiar manera hechos y eventos históricos, su versión de como habría podido terminar la Segunda Guerra Mundial, aquí se mete a revisar lo sucedido en el tristemente célebre masacre de la esposa del realizador Roman Polanski por Charles Manson y miembros de su secta de hippies en agosto de 1969 en Hollywood.

Si en Bastardos sin gloria la cohesión de la historia se basaba en una casi clásica narración dramática Tarantino se dedica en Érase una vez en Hollywood a hacer gala de su inegable conocimiento de la historia de cine cargando la narrativa con una interminable serie de guiños de ojo a referencias cinematográficas que ilustran la historia de un actor de menor categoría y de su stuntman y compañero quienes exterminan la banda de Manson antes que estos últimos logran victimar a Sharon Tate y sus amigos.

Para mi gusto innecesaria duración de dos horas y media no facilita la cosas a la vez que mientras se podría contar con la aceptación que puede tener la película de parte de los fans de Tarantino -entre los que por cierto no me cuento- para mi gusto resulta obvio que la inspiración y el potencial iconoclasta del ganador de la Palma de Oro para su sorprendente y original Pulp fiction en 1994, se muestra desgastado y fallando en esta su última entrega.

Es justamente de estos elementos que hace gala de manera muy convincente la película coreana Parásito igualmente presentada en competición.

Su director Bong Joon Ho regresa a Cannes dos años después que su filme anterior Okjamanejado por Netflix provocó el aún pendiente serio problema entre la plataforma gigante y el festival que no accepta en competición películas no disponibles para un estreno en salas del cines en Francia.

Libre de estas ataduras Parásito es un poderosa comedia negra de fuertes referencias a las relaciones de clase a través de la historia de una familia de pobres que logra infiltrarse a una afmilia de ricos, haciéndose indispensable por los servicios que ofrece. Repleta de detalles de un humor negro la película resultó ser una de las más apreciadas ayer.

Un día en que además se celebró en la Quincena de Realizadores una clase maestra de Robert Rodríguez quien se dedico a detallar la manera en que un cineasta puede transitar de una producción industrial millonaria como su reciente 100 years a un filme de un presupuesto de 7 mil dólares como Red 11 que acaba de treminar y que estrenó aquí, y El mariachique lo lanzó a la fama en 1992 que contó con el mismo presupuesto.

El estreno de la cinta de Tarantino sacó además a relucir el endémico problema del mercado negro que afecta el festival. Los boletos de entrada a los galas de películas importantes y sobre todo a las fiestas que se celebran llegan a alturas astronómicas. Las invitaciones para la fiesta que organizó Leonardo Decaprio después del estreno de la película de Tarantino se cotizaron en el mercado negro en 13 mil 500 dólares, mientras que la entradas en el gala de la película de Jarmusch con la que se inicio el certamen y en la fiesta de inauguracion se vendían de 2 mil 500 a 5 mil 500 dólares.