Las mujeres están poco presentes en las tribunas de los estadios de fútbol en países de Medio Oriente y África del Norte, pese a que Riad levantó en enero de 2018 la prohibición hecha a las saudíes de asistir a los partidos del deporte rey.

En Irán, potencia rival de Arabia Saudí, las reglas no son claras. Las iraníes son admitidas ocasionalmente en los estadios, pero la regla general sigue siendo la prohibición, lo que parece reflejar divergencias entre altos responsables de la República Islámica a este respecto.

– Presencia controlada –

Las saudíes fueron autorizadas por primera vez a seguir un partido de fútbol el 12 de enero de 2018 en un estadio de Yedá, gran ciudad del oeste del reino ultraconservador.

El partido del campeonato de primera división oponía a Al-Ahli, un gran club de Yedá, a Al-Batin.

Esta novedad se inscribía en una serie de reformas sociales iniciadas por Mohamed bin Salmán, convertido en príncipe heredero el 21 de junio de 2017. Las mujeres también fueron autorizadas en junio de 2018 a conducir y a asistir a otros eventos deportivos y artísticos.

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Sin embargo, en un reino regido por una forma rigorista del Islam y donde los lugares mixtos están prohibidos en numerosos espacios públicos, las mujeres siguen sometidas a severas restricciones, como el velo integral en público y el consentimiento de un tutor masculino -padre, marido o hermano- para viajar o realizar estudios.

De este modo, las saudíes, solas o acompañadas de miembros masculinos de su familia, son admitidas en los estadios en una sección especial.

En la Supercopa de Italia que se jugó el 17 de enero en Yedá, unas 15.000 mujeres asistieron al partido entre los 62.000 espectadores.

– Raras excepciones –

Tras la Revolución Islámica de 1979, las iraníes tuvieron prohibido asistir a los partidos, los religioso afirman que debían ser protegidas del ambiente masculino y de ver a los jugadores en ropa deportiva.

Los religiosos querían también proteger a las mujeres de los roces involuntarios cuando se mezclen con los hombres o al entrar o dejar los estadios.

Las reglas se vieron suavizadas. En noviembre, un grupo restringido de unas 850 mujeres fue autorizado a asistir a la final de la Liga de Campeones de Asia entre el Persépolis FC (Irán) y Kashima Antlers (Japón).

Las mujeres fueron colocadas en una tribuna separada y entraron dos horas antes del inicio del partido.

En junio, algunas mujeres fueron también autorizadas a seguir en pantalla gigante, en un estadio de Teherán, la retransmisión de los partidos de la selección iraní en el Mundial de fútbol.

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Las primeras mujeres autorizadas a asistir a un partido tras 1979 en Irán fueron una veintena de irlandesas que habían sido admitidas en un estadio en 2001 en un partido de calificación al Mundial entre Irán e Irlanda.

Las iraníes tuvieron que esperar aún cuatro años, hasta junio de 2005, fecha en la que algunas de ellas pudieron asistir a un partido Irán-Baréin, también de clasificación al Mundial.

Ha habido otras raras ocasiones donde las mujeres fueron autorizadas a seguir partidos, pero la cuestión de su presencia en los estadios continúa dividiendo a los dirigentes del país.

Después de que las mujeres asistieran a un amistoso Irán-Bolivia en octubre, el fiscal general advirtió que eso no se produciría más, afirmando que su presencia en los estadios “favorecería el pecado”.

– Gradas masculinas –

En los otros países de Oriente Medio, ninguna medida impide a las mujeres asistir a los partidos de fútbol.

Pero la presencia de mujeres en las gradas sigue siendo confidencial en estos países, conservadores en su mayoría, donde la presencia de las mujeres no es admitida con normalidad en los estadios.

Es el caso de Egipto, Libia e Irak, donde el miedo a agresiones o acoso sexual aleja a las mujeres de los estadios de fútbol.

En el Magreb, Túnez y Marruecos conocen una mayor asistencia de mujeres en los estadios de fútbol, donde están separadas de los hombres.

En Túnez, las mujeres fueron invitadas a asistir gratuitamente a algunos partidos de la selección nacional de fútbol. Y fueron muchas las que fueron a animar a las Águilas de Cartago.