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Mira

1, junio 2019 - 19:22

┃ Guillermo Martínez

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POR GUILLERMO MARTÍNEZ G. / ENVIADO

Chihuahua.- Nada la intimidó. La velocista Paola Morán mostró su jerarquía. Esta vez, hasta la pista de tartán del Estadio Olímpico de Ciudad Deportiva estuvo de su lado.

Las miradas estaban en ella por todo lo que había sucedido anteriormente, al no revalidar la federación de atletismo su marca de los 400 metros. La expectación creció cuando, antes del disparo de salida, su nombre lo anunciaron por el altavoz y el alarido de la gente retumbó en e estadio.

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Con esas muestras de cariño, la velocista Paola Morán supo que debía entregarse, demostrar que los paradigmas previos a su competencia no la harían desistir de conseguir el triunfo.

Por ello llegó a tiempo a la cita. Debía lograr sus objetivos en el Campeonato Nacional. No le importaron las rivales, con las que ha compartido experiencias, sueños, alegrías y tristezas. Ella solamente buscó el camino para lograr el boleto a Juegos Panamericanos y Mundial.

La presión estaba causándole nervios. Volteaba insistentemente hacia ningún lado, mientras se daba masajes a sus piernas con las manos. Algo la inquietaba, pero tampoco quería distracciones, estaba confiada en el trabajo realizado.

Solamente eran 400 metros, parecía decirse asimismo cuando volteaba su mirada a la pista, a las demás compañeras, y hasta el hombre que debía dar el disparo de salida.

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Entonces llegó ese momento, se encomendó al creador y salió a correr sin miramientos, sin compasión, con el orgullo que da el deporte cuando deseas ser el mejor. Nada la detuvo y hasta el viento fue su aliado, le refrescaba la cara para que no desfallecerá por el inmenso esfuerzo que hizo para ganar.

Finalmente traspasó la meta con un registro de 51.32 segundos. Casi en llanto disfrutó el pase a Panamericanos y Mundial. Lo que no sabía, es que también esa es una marca para los Juegos Olímpicos de Tokion2020. Alguien finalmente se lo dijo, y ya no pudo aguantar un breve llanto.