Por quinta ocasión en su historial en Copa Oro de la CONCACAF, la Selección Mexicana
de futbol, se medirá con un representativo nacional de un país que carece de afiliación a la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA). Por lo tanto, los jugadores que
actúen en Charlotte, Carolina del Norte, frente a Martinica, no sumarán un nuevo
partido internacional en sus trayectorias como internacionales mexicanos, ni tampoco les
serán tomadas en cuenta las anotaciones que puedan conseguir, como goles de categoría “A”.

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El organismo rector del balompié mundial sólo otorga una afiliación por nación y tanto Martinica, con la que jugará el “Tri” por tercera vez en el evento estelar de la CONCACAF (en 1993 ganó 9-0 y en 2013 se impuso 3-1) e Isla Guadalupe (en 2007 venció 1-0 y en 2009 triunfó 2-0), son colonias francesas y es el motivo por el que no pueden tener una afiliación propia al ente que controla el futbol del orbe.

Todo surgió el 1 de agosto de 2011, cuando la FIFA, emitió un boletín oficial en el que a partir de esta fecha, dejaban de considerarse como de Selección mayor o de categoría “A”, los duelos entre una nación afiliada y otra que careciera de ella, por lo que fueron denominados como encuentros de Nivel Uno.

Fue por ello que a jugadores como Claudio Suárez, que bajó de 178 a 177, Gerardo Torrado de 145 a 143 y Jorge Campos de 130 a 129, les fueron descontados esta clase de partidos, así como los siete goles que consiguió Luis Roberto Alves “Zague”, en la II edición de la Copa Oro ante la propia Martinica.

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Es necesario, señalar que, en el juego celebrado en noviembre de 1983, que terminó empatado a cuatro goles, la representación mexicana era una Selección nacional “B”, que tenía entre sus figuras a Javier Ledezma, Héctor Esparza, Carlos Muñoz, Luis Plascencia y Luis Flores, éste último fue el encargado de anotar los cuatro goles tricolores y en
algunos medios lo han incluido de manera errónea en la lista de juegos “internacionales” del cuadro nacional mexicano.