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Mira

23, junio 2019 - 20:00

┃ Héctor Reyes

María Espinoza y Briseida Acosta

Foto: Conade

La triple medallista olímpica María Espinoza aprovechó su experiencia para desesperar a Briseida Acosta en el control interno a puerta cerrada que se llevó a cabo en las instalaciones del CNAR. Sin embargo, la falta de conectar puntos con los pies le impidió frenar a una oponente con sed de victoria. La pizarra final por el pase a los Juegos Panamericanos de Lima 2019, en punto de oro, fue de 2 a 1.

Briseida cayó en el “juego” de María de soltar patadas sin sentido. No estuvieron bien ambas competidoras, quizá por la misma presión del combate o el conocimiento de sus aptitudes y actitudes en el área de combate. Para suerte de Briseida no le conectaron puntos con los pies, aunque sí uno con el “Puño de Acero” como se le conoce a María en el circuito mundial.

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A lo largo de la pelea, María no mostró la actitud de siempre, fue menos agresiva, ya que sólo jugó con el step (movilidad) para desesperar a Briseida y hacer que se equivocara. En el primer episodio, María intentó conectar con el puño en dos ocasiones por uno de Briseida, pero no se observó desde el principio la intención de hacer un combate con mayor intensidad como la prueba lo exigía.

Para el segundo round, el árbitro incluso les pidió más combate y menos dominio de la distancia. Briseida, más alta y con mayor peso, intentó colocar los puntos que le dieran la ventaja. El papá de Briseida que estuvo en su esquina, le pidió que se moviera, que no se quedara fija, ya que María tendría la oportunidad de aprovechar esa coyuntura. La pizarra continúo sin puntos y la recurrencia al abrazo, la constante principal.

En el descanso, Julio no dejaba de darle instrucciones a María en un escenario donde imperaba el silencio, en tanto Briseida tomaba agua y un respiro. No había presencia de compañeros de la selección, solamente algunas autoridades, servicio médico, miembros federativos y jueces.

No cambió de tónica el tercer round, ambas jugaban con el step, Briseida cambió de perfil y María permanecía cauta ante una posible ofensiva. Así se dio, Briseida atacó con una patada descendente, en tanto María deslizó su puño de acero, pero no lo marcó el peto electrónico ante la sorpresa de Julio Álvarez.

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Vendría el punto de oro, antes de iniciar las hostilidades, el árbitro reviso el sistema electrónico. Ambas peleadoras así lo confirmaron. En una acción a la ofensiva María conecta el punto a su favor y en la contraofensiva Briseida conectó con una patada de costado al peto de María. No había tiempo para más, la eterna retadora salió con la victoria.

A María le habría resultado la estrategia que planteó el nuevo entrenador Julio Álvarez, pero no se sabe a ciencia cierta porque la medallista olímpica y mundial había pedido el pase directo a la justa continental, si era por una lesión o para evitar el compromiso de la adversaria que continúa con un paso ascendente esta temporada, ya que logró el pase en + 67 kilogramos para Lima 2019.