Los Ángeles.- Cuatro ladrillos cayeron en la espalda de los salvadoreños, quienes buscaban su pase a la siguiente fase de la Copa Oro. Honduras se impuso a El Salvador (4-0) y se despidió de forma digna de la Copa Oro 2019. Con este marcador, las dos selecciones le dijeron adiós a la fase de grupos. El encuentro fue de ida y vuelta desde los primeros minutos. Por intensidad no quedó, ya que a ambas escuadras les urgían las tres unidades. Hubo acción en las dos áreas, pero no capitalizaron ninguna llegada de peligro.

Fue hasta el complemento que por fin entró el balón. Jorge Álvarez probó de media distancia y dejó sin oportunidad al meta salvadoreño. Lo gritó con el alma, por la cruda realidad que atraviesan. El nervio se adueñó de El Salvador, pero no tuvieron capacidad de respuesta.

Rubilio Castillo le puso silencio al Banc of California. Entró solo por el centro y definió pegado al poste izquierdo de Harold Fonseca. El festejo fue con toda la banca y el cuerpo técnico. Pese a que no se jugaban nada, luego de los últimos resultados, fueron dos goles de gloria.

Los pupilos de Carlos de los Cobos buscaron a toda costa el gol que los metiera de lleno en la batalla por un boleto a los cuartos de final, pero no tuvieron claridad en el último cuarto del campo.

Al irse al frente de forma irresponsable, dejaron espacios y, con una calca del segundo gol, Bryan Acosta prendió de volea el esférico y la mandó a guardar. Ya el tercero lo gritaron más los de Curazao que estaban en el mismo estadio que los aficionados. En el recinto, todos quedaron mudos, pero en ese sector celebraron que hicieron historia al avanzar por primera vez a la siguiente fase de la Copa Oro.

Emilio Izaguirre puso el de la humillación en el tiempo agregado. Cerró a segundo poste y sólo tuvo que empujar el balón ante un rival desfondado y desilusionado. Con caras largas y mucha vergüenza deportiva, El Salvador culminó el juego y su participación dentro del certamen. Por su parte, Honduras se desquitó de las últimas goleadas que sufrieron y vieron en los salvadoreños su mejor venganza.