POR JAVIER JUÁREZ
ENVIADO

Houston.- Sin demoras, sin problemas Houston, el Tricolor aterrizó en suelo texano.

Tras permanecer dos días más en Charlotte y realizar un entrenamiento regenerativo, el plantel mexicano dejó Carolina del Norte.

Con un vuelo de casi tres horas, tranquilo, sin los típicos retrasos, México llegó al aeropuerto George Bush.
El autobús estuvo listo y de inmediato trasladó a los seleccionados a su hotel de concentración.

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México dejó los recintos alejados y espaciosos, su nuevo refugio está en pleno corazón de la ciudad. A un lado del tren y rodeado de negocios pequeños, no los grandes almacenes que acostumbran visitar los jugadores.

La llegada fue caótica debido al pequeño espacio entre la puerta del vehículo y la entrada del hotel.

Dos vallas se improvisaron, sin embargo, de poco funcionaron al llegar el camión del cuadro azteca.

El vehículo se detuvo, obligó a que el tráfico se pausara y enseguida, bajaron los seleccionados.

Rápido, de prisa, los futbolistas aparecieron. Érick Gutiérrez fue el primero en descender, “Guti” se vio bien a pesar de su lesión.

Enseguida aparecieron César Montes, Jesús Gallardo, Alexis Vega, Memo Ochoa y Carlos Rodríguez.

Andrés Guardado y Raúl Jiménez, siempre atentos, se acercaron a saludar a un par de seguidores.

El siguiente en aparecer fue Luis Montes, el volante esmeralda apareció con un peluche de Homero Simpson: “Me lo regalaron mis hijos”, comentó y sonrío.

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El desfile lo siguió Néstor Araujo, Fernando Navarro, Rodolfo Pizarro, Luis Rodríguez y Uriel Antuna.

Al final, con audífonos, bajó Carlos Salcedo. El “Titán” repartió selfies y autógrafos y entró al lugar.

Así, de forma exprés para no causar más caos en la vialidad, llegó México a Houston. El sábado en el NRG Stadium buscan su pase a semifinales. Costa Rica es el rival.