La llegada de Héctor Herrera al Atlético de Madrid representa un claro ascenso en su carrera. El seleccionado mexicano ha llevado un proceso ejemplar en Europa. Llegó al Porto y con base en trabajo y buenas actuaciones, se ganó un lugar importante, al grado de convertirse en capitán. Habiendo triunfado le llega una nueva oportunidad, ahora en un gigante como lo es el equipo colchonero.

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Herrera no es un novato. Con 29 años llega en plena madurez y con un cartel que hace pensar que tiene todo para triunfar y consolidarse en la Liga española. Su incorporación en el esquema de Diego Pablo Simeone no tiene mayor ciencia. En su tradicional e inamovible 4-4-2, el mexicano ocupará el lugar de segundo contención. Su capacidad atlética y su vocación ofensiva lo convierten en un auténtico todoterreno, un volante mixto en toda la extensión de la palabra.

Pese a todo, Herrera deberá llegar a ganarse un lugar. Es conocido por todos que una de las bases de Simeone radica en el trabajo fuerte y en el sacrificio. Nadie tiene el lugar asegurado; juega quien lo merezca. La competencia interna en el medio campo del Atlético es fuerte. Pese a la marcha de Rodrigo al Manchester City, la llegada de Llorente y Herrera apretaron aún más las cosas.

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De entrada, se tiene pensado que Llorente llegue a cubrir el puesto de Rodrigo como uno de los contenciones, ahí queda un puesto libre que bien puede ser ocupado por Herrera, sin embargo, futbolistas como Saúl y Thomas Partey también competirán por un lugar.

La polivalencia de Herrera le permiten luchar por un puesto como volante por fuera, donde actualmente militan jugadores como Lemar y Koke. “HH” sabe asociarse y ha demostrado con creces su buen pie de cara al marco. Con Porto anotó goles de todas las formas, algunos de bella manufactura, por lo que Simeone podría considerarlo también en esa zona.