Con la tecnología de Google Traductor

Mira

13, julio 2019 - 2:22

┃ ESTO

nota-didier-chepe

POR ABRIL VILLEGAS

El motociclista de enduro Didier Goirand, retó al tren Chepe a unas carreritas, fueron 45 kilómetros entre las estaciones de Creel y Divisadero en Chihuahua.

Está carrera no fue nada fácil para el capitalino, quien tuvo que recorrer caminos de terrecería, piedras, lodo, ramas de árboles, en ocasiones no había por donde pasar, pero lo más extremo fue que tuvo que cruzar las vías para ganarle el paso a la locomotora.

Esta hazaña fue como parte de la campaña Win Against the Train, de Red Bull, con tan sólo 24 años el joven piloto, aseguró que fue una experiencia que volvería a repetir.

“Fue todo un reto, el tren no se va a parar a esperarte, tenia que llegar a esos puntos, el tren corta en túneles los cerros y va derecho sobre su vía, en mi caso tenia que rodear por los ríos y darme toda la vuelta, fue toda una locura, teníamos que ir de un lugar a otro, fue toda una aventura”, aseguró.

En entrevista con el ESTO, el estudiante de Dirección de Empresas, consideró que fue un reto para su carrera, ya que a pesar que el tren llevaba una velocidad de entre 60 y 80 kilómetros fue algo impresionante tenerlo a un lado.

“Tenia que pasar las vías, cruzar los ríos, pero para mí fue más que una hazaña porque pasé por lugares muy técnicos”, confesó.

El ver y tener tan cerca el Chepe fue algo maravilloso, fue otro tipo de adrenalina, algo a lo que no está acostumbrado.

“Fue cuando tenia que cruzar las vías, pero no lo podía ver bien por los árboles, sabía que un error en una curva, y fue cuando lo perdí de vista y justo en el cruce no tenia idea de donde estaba y pensé ‘cruzo o no cruzo’ y me dije va y después escuche el silbido fue una de las cosas más fuerte”.

INICIOS

A la edad de cinco años se enamoró de las motocicletas y su papá le dio su primer regalo, pero resulto que era muy niño para conducir y terminó estrellándose.

“Ibamos mucho a un casa de campo que teníamos en Valle Bravo, y siempre veía a mi papá en la moto, un día llegó con una, la más chiquita que hay y empezó a enseñar, pero literal el primer día que me subí me fui a estrellar contra un árbol y la fue a vender”.

Pero esto no fue un impedimento para que continuara con sus sueños, la bicicleta fue parte de su vida, a los 9 años empezó a correr a nivel nacional.

“Después de varios años, estaba montando una Kawasaki 65 y fue cuando decidí competir, todo ha sido por mi papá y mi entorno”.