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Mira

18, agosto 2019 - 17:41

┃ Rubén Beristáin

ochoa

FOTO: OSWALDO FIGUEROA

El hijo pródigo regresó a casa. La locura desatada por Guillermo Ochoa en su retorno a Coapa no conoce fronteras. Todo ha sido memorable, el americanismo está de fiesta, aunque no haya un nuevo título en sus vitrinas. El trofeo más preciado en la actualidad es el portero americanista. El deseo de la afición se cumplió, al ver de vuelta a uno de sus más grandes ídolos.

Cuando parecía que con la salida del portero Agustín Marchesín se complicaría el panorama bajo los tres postes en América, un as bajo la manga lo resolvió en un instante. No pudo ser mejor. Paco Memo regresó la alegría perdida, incluso, la incrementó. Ya nadie se acuerda del argentino.

La sonrisa del cancerbero azteca lo dice todo. La felicidad que irradia es contagiosa. Con su regreso, cumplió una promesa que hace ocho años dejó en la mente de los fanáticos. No podía fallarles y es que ni siquiera tardó tanto en aceptarlo. Francisco ya volvió.

“Este club es especial y único, en el América siempre será un buen momento para regresar. Es el equipo más triunfador, al que todo mundo quiere llegar en México, la gente siempre está al pendiente. Regresar era una promesa que tenía que cumplir. Se tenían que combinar muchas cosas alrededor, que no hubiera portero, varias situaciones y finalmente llegó el momento. Tardamos cinco minutos en decidirlo y decir que sí, soy un afortunado”, expresó el cancerbero.

La “Memo-manía” está desatada. El martes pasado, Guillermo provocó lo que nunca antes se había visto en la llegada de cualquier futbolista, ya sea nacional o internacional. Nadie se le compara. Ochoa se dejó apapachar por su público, se debe a ellos. Fue un recibimiento que no esperó, el cariño de los suyos lo dejó atónito.

“Honestamente fue diferente. Muchas veces había venido con Selección, a visitar a la familia. Esta vez fue distinto, la gente en el avión me decía ‘bienvenido a casa, qué bueno que regresas’. En las redes sociales, también. Recibí muchas muestras de cariño, a la distancia no lo sientes. Llegué al aeropuerto, ver a la porra afuera, escuchar los tambores, fue algo único y especial. Me recibieron con toda una Monumental y un Disturbio. Gracias a la afición, muy pocos somos afortunados de vivir eso”, mencionó con alegría.

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En un evento realizado en la tienda deportiva que se ubica dentro del estadio Azteca fue donde Guillermo Ochoa disfrutó algunos minutos con sus fans. El evento fue privado y únicamente 300 aficionados lograron su ingreso. Ahí agradeció el apoyo que le han brindado desde que se anunció su vuelta a México. “A todos los que se tomaron la molestia de ir, les agradezco. Tuvimos que tomar otro vuelo y ahí estuvieron esperando, aguantaron de la madrugada al mediodía. Es muy bonito para mí y mi familia. Estar aquí es algo especial, y más regresar a casa y con América”, cerró.

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