Aunque Míchel González vive su primer torneo en México como entrenador, la poca paciencia que generan los torneos cortos en las directivas y aficiones no le asustan. El ibérico se dijo consciente de cómo funcionan los procesos en México y lamentó la partida de Javier Torrente, a quien hubiera enfrentado el próximo viernes si no lo hubieran cesado.

“A Morelia no lo vi jugar mal, ni con malas sensaciones para perder partidos; menos para perder al entrenador. En estos torneos cortos, la paciencia es escasa y eso no nos puede engañar a nosotros. Es una lástima, pero debemos enfocarnos en lo nuestro y no confiarnos”, dijo el español.

También destacó que los propios técnicos son los que se deben mentalizar de que en dos o tres partidos que los resultados no lleguen, tu cabeza puede rodar. Míchel ve la cuestión como algo complejo con lo que hay que aprender a vivir.

“Cuando uno viene a trabajar a México, debe saber que es así. El año pasado, cambiaron 10 técnicos, eso quiere decir que es como una tradición. Hay poca paciencia y siempre se busca que haya resultados inmediatos. Torrente se puede sentir mal por los resultados, pero no mal por su trabajo. El técnico siempre debe tener preparado el boleto de avión, por si acaso”, culminó.

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En este torneo, suman ya dos técnicos que pierden su trabajo por el mal paso de sus equipos. En la próxima jornada, otros cuatro estarán en el ojo del huracán y con posibilidades de tener el mismo destino que Javier Torrente y José Luis Sánchez Solá