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30, agosto 2019 - 23:24

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Guadalajara.- El invicto acabó y de qué fea forma. Un zorro frenó el vuelo del ave, y de paso, las desplumó y las dejó moribundas. Atlas, con muy poco, doblegó a un América parchado, con grandes ausencias en su plantilla, que esta vez le cobraron factura.

Aguilar y Aguilera condenaron a las Águilas en el estadio Jalisco. La defensa americanista no llegó a Guadalajara y pagaron las consecuencias. Jesús Isijara, Ismael Govea y Brayan Trejo aprovecharon las facilidades y liquidaron. ¡Goleada y 3-0 final!

Guillermo Ochoa tuvo un regreso amargo a suelo tapatío. Ni siquiera el portero americanista pudo resolver la catástrofe que actualmente vive la zaga azulcrema.

EL JUEGO

El técnico Leandro Cufré ya encontró su once ideal y no lo cambió. Una columna vertebral hecha por Hugo Nervo, Oswaldo Martínez y Facundo Barceló volvió a repetirse. El joven Brayan Trejo siguió de titular y volvió a dejar en el banquillo a hombres importantes como Edson Rivera y Marcelo Correa. Confianza intacta en el canterano.

Las Águilas tuvieron una sensible baja en zona defensiva. El paraguayo Bruno Valdez no pudo tener minutos por una lesión en la retina del ojo izquierdo.

Tantas bajas que obligó a un cuadro muy mexicano. Iniciaron con siete jugadores nacidos en nuestro país. Fue la cuarta vez en los últimos diez torneos. Algo atípico, pero necesario en este momento. Por si fuera poco, tuvieron una banca con extracción 100% del Nido. Sangre joven y optimista por una oportunidad en Primera División.

Así inició el duelo. Con bengalas en la tribuna y un estadio Jalisco convertido en una sucursal azulcrema.
La polémica no tardó. En la primera de peligro para los locales, el defensor Paul Aguilar, habilitado como central, cometió una mano dentro del área tras una chilena poco ortodoxa de Oswaldo Martínez. De inmediato, los jugadores rojinegros la reclamaron y el VAR apareció. El silbante Roberto García Orozco revisó el monitor, corrió al área y el suspenso incrementó. ¡Juegue!, pues a su juicio, el contacto no fue intencional.

Los Millonetas se mostraron mejor, con la firme intención de herir al Zorro. Guillermo Ochoa regresó a su lugar de origen ocho años después, donde tantas veces lo pidieron y sin embargo, fue incapaz de traicionar los colores americanistas. El cancerbero es especialista en trazos largos y fue así como originó una jugada de peligro en la portería contraria. De inmediato hizo recordar aquel gol de Claudio López en la final del 2005. Esta vez no fue así. Renato Ibarra desaprovechó una oportunidad inmejorable. El ecuatoriano no supo definir y voló su disparo ante la tardía salida de Gonzalo Vargas.

La Academia no dejó que se burlaran de ellos en su territorio y buscaron abrir el marcador. El más cercano fue Jairo Torres. El mediocampista aprovechó la reacción lenta de Aguilar y con un cabezazo por poco fulminó a Memo. Esa jugada predijo lo que sucedería después.

En la última jugada del primer tiempo, la furia rojinegra apareció. Una vez más le ganaron la posición a Paul y Jesús Isijara remató con facilidad al único lugar donde Ochoa no pudo llegar. El recinto tapatío explotó y todo terminó en altas revoluciones.

Tal fue la calentura, que el estratega americanista, desesperado por la carencia de variantes en su plantel, abordó al árbitro. El “Piojo” reclamó y salió expulsado, así complicó el panorama para América.

Las alternativas para los azulcremas no fueron muchas y tuvieron que echar mano de su juventud. El joven Paolo Ríos debutó y no fue el momento más predilecto para hacerlo.

Eso poco importó. Los visitantes reaccionaron y en un lapso de cinco minutos tuvieron cerca el empate. Roger Martínez fue el protagonista; en la primera fue bien custodiado por la zaga atlista y en la segunda, un disparo violento sacudió el travesaño. Sin embargo, todo quedó en el susto.

Caso contrario a los Zorros que fueron más astutos que su rival. La ventaja la incrementaron con facilidad gracias a las facilidades otorgadas por la zaga águila, que voló muy bajo en Guadalajara. Esta vez fue Emanuel Aguilera quien perdió la marca y apareció Ismael Govea para hacer el segundo de la noche. Tan mal se vio la zaga, que cerca del final, Brayan Trejo, de 19 años, también le entró al festín.

Los americanistas se rindieron, no hubo más. Tampoco pudieron. Atlas ni se exigió e hizo ver mal a un América endeble, que le urgen refuerzos y recuperar lesionados. De no ser así, se viene un torneo difícil en Coapa.

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