Los trapos sucios se lavan en casa. Christian Giménez, hasta hace poco pasajero de La Máquina, lamentó el espectáculo que protagonizaron a mitad de semana Ricardo Peláez y Víctor Garcés. Robert Dante Siboldi, el menos culpable, también salió afectado.

Ese pleito, que se hizo público, molestó y decepcionó al “Chaco”. “Me hubiera gustado que todo esto se manejara de manera interna, sabemos que todos los involucrados queremos lo mejor para Cruz Azul, pero con lo que pasó sólo se le hace daño a la playera y a la gente”, dijo el exfutbolista.

Giménez, desde su trinchera, le da cobijo al “Flaco: “Creo que se le tiene que dar apoyo al nuevo entrenador, dejar a un costado cosas que pasen internamente, que lamentablemente sólo afectan”, expresó.

Los jugadores que están, los que estuvieron y los que quieren a la Máquina, deben estar unidos, sólo así la locomotora puede avanzar: “El futbolista no está ajeno a las cosas que pasan, lo sabemos, pero todo eso se tiene que dejar a un lado, tratar de hablar y unir fuerzas para sacar esto adelante”, solicitó el emblema celeste.

El panorama es gris, no se ve la luz al final del túnel, pero lo peor ya pasó: “Es una situación difícil, pero queda mucho tiempo por delante, al técnico nuevo lo tenemos que apoyar”, recalcó.

Ajeno a los problemas, Christian ya se prepara para ser técnico, en un futuro desea tomar las riendas de la Máquina: “Siempre estoy con el equipo, yo quiero mucho a la institución y cuando me necesiten, tanto en Pachuca como en Cruz Azul, ahí voy a estar”, aseguró.

Finalmente, habló sobre el debut de su hijo Santiago en Primera División. Se dijo orgulloso por la carrera que recién comienza y que en un futuro no muy lejano le dé una alegría a la inmensa afición de los cementeros.

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“Muy feliz. Es un logro personal, uno como papá trata de apoyarlo, de decirle que esto recién comienza. Estoy orgulloso de él, es algo que decidió y quiero que sea lo más profesional posible”, cerró.