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Mira

8, septiembre 2019 - 20:22

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Chicago, Illinois.- Los Clásicos Nacionales nunca son amistosos. Un Solder Field abarrotado, incluso igualando la entrada del partido inaugural de la NFL, y un duelo vibrante en suelo americano, una vez más lo demostraron en plena fecha FIFA.

América tuvo un total de 14 bajas para el duelo ante el Rebaño Sagrado. De ellas siete fueron por lesión (Nicolás Castillo, Henry Martín, Nicolas Benedetti, Andrés Ibarguen, Giovani dos Santos, Bruno Valdez y Jesús López); seis por Selección (Guillermo Ochoa y Carlos Vargas en el Tricolor; Sebastián Córdova en la Sub-22; además de Guido Rodríguez con Argentina, Roger Martínez en Colombia y Richard Sánchez por sus compromisos con Paraguay). Todos ellos acompañado del más reciente refuerzo Federico Viñas, quien apenas se incorporó al plantel. De los jugadores titulares habituales en el esquema del “Piojo” Herrera únicamente estuvieron Paul Aguilar y Emanuel Aguilera, el único extranjero. De media cancha en adelante, las fuerzas básicas tuvieron que dar la cara por los colores azulcremas y en el eje de ataque estuvo José López, quien apenas debutó en el máximo circuito en agosto pasado.

Por su parte, el estratega Tomás Boy se tomó las cosas en serio. El portero Raúl Gudiño, Antonio Briseño, Gilberto Sepúlveda, Miguel Ponce y Jesús Molina arroparon a la sangre nueva. Oribe Peralta comandó la delantera.

Desde el primer suspiro, el duelo se tornó sucio. De encuentro “molero” no tuvo nada. Unas Águilas muy jóvenes pusieron pundonor y le jugaron de igual a igual a un cuadro rojiblanco con mayor experiencia.

Las tarjetas amarillas aparecieron por doquier, pero no así las emociones de peligro. Chivas fue el más insistente y estuvo muy cerca de abrir el marcador. César Huerta fue el hombre más peligroso de los tapatíos, pero careció de puntería. No inquietó al cancerbero Óscar Jiménez, sin embargo, mostró grandes dotes en sus botines. El joven de 18 años quiso llenarle el ojo al “Jefe” y no desaprovechó ninguna oportunidad.

La “ola” hecha por más de 60 mil espectadores apareció en el recinto norteamericano. Hubo un momento donde 22 jugadores mexicanos estaban en la cancha, algo poco inusual.

Al final no hubo quien rompiera con la paridad. Lo mejor fue el ambiente de ambas aficiones, no importó el resultado. Los paisanos salieron con una sonrisa de oreja a oreja.

Fue un cotejo que sirvió de “preparación”. América recibirá a Pumas el siguiente sábado y Chivas al Atlas.