Foto: Twitter @ClubAmerica

Durante muchos años, el choque de América y Pumas ha sido catalogado como un enfrentamiento de alto riesgo en el futbol mexicano. Sus parcialidades son de las dos más pasionales de México y hace ya algunos años, se volvió común ver enfrentamientos violentos entre los seguidores de los dos cuadros tanto en el estadio Azteca como en Ciudad Universitaria.

Con el correr de los años, los dispositivos de seguridad, así como los acuerdos con las barras azulcremas y auriazules, han tenido como resultado una disminución considerable de los choques, aunque eso sí, los operativos siempre son con miles de dispositivos policiales.

Desde los clubes, han adoptado una postura de participación para fomentar la sana convivencia entre los hinchas de los dos equipos. Muestra de ello es la actividad que realizaron ayer por la tarde, cuando jugadores, técnicos, directivos, y hasta las mascotas de las Águilas y los Universitarios, hicieron juntos un recorrido por las salas del Museo Memoria y Tolerancia, ubicado en la zona centro de la capital.

“Rivales, no enemigos”, fue la primicia que recibió esta iniciativa que buscó fomentar un entorno de paz y tolerancia para el partido del fin de semana.

La visita por el museo tuvo una duración aproximada a las dos horas y ahí, jugadores como Giovani dos Santos, Henry Martín, Emanuel Aguilera, así como Luis Quintana, Andrés Iniestra y David Cabrera, tuvieron acceso a la memoria histórica del Holocausto y otros genocidios, los cuales fueron una muestra histórica de odio e intolerancia.

“Nos es muy grato recibir y saber que los clubes Pumas y América, están comprometidos con su entorno y que buscan transmitir un mensaje de no violencia, sembrando la semilla de una cultura de paz a través del ejemplo. Esperamos que acciones como estás sean una fuente de inspiración a niños y adolescentes, contribuyendo así a crear aficiones pacíficas. Que el futbol nos una”, fueron las palabras que la vicepresidenta y cofundadora del museo, Mily Coehn, dirigió a los presentes.

Una vez terminada la exposición, los representantes de los equipos abandonaron las instalaciones en camionetas, aunque algunos como dos Santos y el propio Míchel, lo hicieron en sus automóviles particulares.

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El mensaje está dado. Respeto y tolerancia es lo que se espera en Santa Úrsula dentro de una de las rivalidades más calientes del balompié nacional.