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12, septiembre 2019 - 12:36

┃ Brian Sales

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Foto: Archivo ESTO

Los duelos entre América y Pumas van más allá de un simple compromiso de Liga, Copa o amistoso. Daniel Ludueña y Daniel Ramírez vivieron en carne propia lo que significa un Águilas-Pumas.

Marcaron los tres goles que sentenciaron el éxito auriazul a costa del conjunto azulcrema en el estadio Azteca. Ya pasaron cinco años de aquella victoria que lograron en fase regular. Hoy, con total nostalgia y encanto, recuerdan cómo vivieron ese día. Ludueña puso el balón en el ángulo, mientras que Ramírez Monroy hizo estallar el inmueble con el tercer tanto en los minutos finales.

“Lo viví muy lindo, porque ganarlo es lo mejor que nos pudo pasar. Ese equipo tenía esa valentía para ir a ganar al Azteca, como lo hicimos varias veces. Esa vez fue especial, porque me tocó hacer dos goles. Sabemos que han sido pocas las victorias. Qué bueno que siga en el recuerdo de la gente y de uno el poder convertir dos goles. El primero fue de zurda y el segundo de derecha, de tiro libre”, recuerda el “Hachita”, en charla exclusiva con el Diario de los Deportistas.

Desde antes de arribar al Coloso de Santa Úrsula, el juvenil ya tenía nervios. Aún no sabía si iba a jugar, pero el arquero suplente en ese entonces, Alfredo Saldívar, tuvo el gesto de guiarlo, cual padre, hasta el presagio de su gol. “La verdad estaba muy emocionado. Era mi primer Clásico en el Azteca y en Primera División. Cuando íbamos de camino al estadio, en el autobús, platiqué con Saldívar y me dijo que me fijara en la afición, que desde que llegamos están cantando; me dijo que me diera cuenta cómo tiemblan las bancas con cada cántico, así fue. Antes de entrar a la cancha, el ‘Pollo’ me dijo: vas a meter gol y aquí te espero para festejar. Por eso, cuando anoté, corrí señalándolo, porque me lo dijo y fue así”, confiesa Daniel Ramírez, autor del tercer tanto de aquél encuentro.

Como jugador de Pumas, la fecha contra América es especial. Si bien no hay nada como jugar en casa, visitar la cancha del rival, con espíritu de conquista, no tiene precio. Para Ludueña, el pueblo azul y oro se encarga de darle un toque mágico a ese duelo, por todo el folclore que se vive antes y durante el partido. “Cuando estábamos ahí como jugadores, era mirar el calendario y ver cuándo nos toca el Clásico y en dónde. Es lindo jugarlo en CU, porque toda la cancha está llena a nuestro favor. Pero también es lindo ir al Azteca, por todo lo que se vive y el color. La gente de Pumas se junta y sale en caravana hacia la casa del rival. Llenan y se siente el Goya en el Azteca, es lo más hermoso. Ver la pasión y la alegría con la que llenan el estadio es impagable. Hacen que el Clásico sea de los mejores”, comparte el argentino naturalizado mexicano.

El 22 de febrero de 2014, a las 5:34, Daniel Ramírez ingresó por Martín Bravo en el América contra Pumas. Fiel a su filosofía, los universitarios debutaron a un joven que, sin saberlo, marcaría el tercer gol de la noche y sellaría la victoria. Él lo cataloga como algo inolvidable, aunque todo tuvo su porqué. “Durante el partido analicé que Valenzuela estaba fallando, lo notaba un poco nervioso y no se veía en su mejor momento. Cuando entré, esa fue mi consigna, aprovechar ese sector y pelear cada balón. Robé el balón y me quedó botando; en mi mente me dije que sólo la tenía que bombear. Todo eso pasa en un instante. Vi que el balón entraba lentamente y dije ‘de aquí soy’. No sabía qué hacer, cómo festejar o qué iba a pasar, sólo grité y corrí a abrazar al ‘Pollo’ y mis compañeros. Fue algo inolvidable”, admitió.

Un nuevo capítulo de esta rivalidad se disputará este sábado, cuando los Pumas de Míchel González se midan al América de Miguel Herrera. Tres puntos los separan en la tabla general, pero la pasión que genera en el entorno, y a nivel nacional, hará que todos estén pendientes de lo que suceda en el estadio Azteca. Pumas ya sabe ganar ahí, aunque tendrá que apelar a su mejor versión para imponerse.

Playera del América es la tercer mejor del mundo