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Mira

14, septiembre 2019 - 19:23

┃ Yael Rueda

Afición Pumas

Foto: Oswaldo Figueroa

La zona del estacionamiento del estadio Azteca comenzó a pintarse poco a poco auriazul. La música popular argentina sonó con fuerza al calor de las cervezas. La tragedia ya quedó atrás. En sus rostros hay optimismo.

Para llegar al “tablón“, zona prometida, y sentirse como en casa, deben pasar tres filtros de seguridad. El primero, justamente en la zona donde descienden de los autobuses, ahí son llevados en grupos hacia la zona de taquillas, donde son revisados por policías de la Secretaría de Seguridad Pública. Ahí se hacen dos filas, una para hombres y otra para mujeres.

Algunos no toman ninguna importancia de la presencia de cámaras, a otros solamente un poco.
“¿Por qué me tomas fotos, carnal?”, dicen de manera cegadora. La realidad es que no pasa a más, son vigilados de cerca por los elementos de seguridad.

‘Chepo’ y Mohamed, en la órbita de Chivas

El momento de entrar en acción llega para la policía. Una camioneta llega hacia una zona, todavía vacía, del inmueble, ahí, los efectivos detienen a un par de personas por reventa. Los vendedores no se resisten y suben a la patrulla. Hay más revendedores, pero de los males el menor. El estadio Azteca es una auténtica fiesta felina.

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