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Mira

22, septiembre 2019 - 13:20

┃ Rubén Beristáin

pumas

 

FOTO MARTÍN MONTIEL

Ciudad Universitaria vivió una auténtica fiesta. El duelo entre Pumas y Cruz Azul llamó la atención de ambas aficiones y se hicieron presentes en gran número.

El ambiente fue inmejorable por todos lados.
Para evitar vandalismo, reventa y alteración al orden público, la SSP-CDMX desplegó a más de tres mil policías. A partir de las ocho de la mañana, el estadio Olímpico Universitario ya estaba custodiado por diferentes dependencias para garantizar la seguridad de todos los presentes en el duelo entre felinos y cementeros. Hubo saldo blanco.
La mañana transcurrió tranquila y sin contratiempos. Por el acceso a la zona del pebetero, la afición universitaria se mostró ordenada y hasta confiada de un triunfo.
La famosa “Rebel” hizo su aparición más tarde y de inmediato tomó protagonismo. Cerca de 200 aficionados llegaron al recinto del Pedregal y de inmediato retumbó el “Goya” y algunos cánticos en contra de su rival: “Chemo tu dime que se siente, llegar a las finales y que te ganen siempre”, entonaron al unísono en son de burla a los casi 22 años sin levantar un título de Liga de La Máquina. Varios aficionados celebraron con aplausos y el festín siguió. La afición auriazul fue mayoría.
Del lado visitante también hubo alegría. Los aficionados celestes llegaron retardados y muy cerca del comienzo del cotejo. A toda prisa, cuatro camiones y cinco camionetas pintadas de azul acapararon todas las miradas. Todavía tuvieron que pasar tres filtros para que su ingreso al inmueble se concretará. Las revisiones fueron extenuantes, pero no arrojó situaciones negativas.
La vigilancia estuvo a tope y no dejó que ambas aficiones se mezclaran. En diversas ocasiones pidieron a familias que se cubrieran su playera, si es que ingresaban a zona contraria y de peligro. Algunos de buena gana y otros no tanto, pero accedieron a la petición aunque por unos momentos sintieran otros colores en su cuerpo, aunque su corazón dijera lo contrario. Todo fue por seguridad.
Ya dentro del estadio todo quedó dividido. Pumas sacó un telón para apantallar a su rival, con la leyenda “La banda del Pebetero 1998”, mientras que los azules coparon toda la parte visitante. No dejaron ningún espacio vacío y se sintieron como en casa. El “Yo soy celeste” retumbó en el Olímpico.

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El Universitario no se llenó, pero registró su mejor entrada en mucho tiempo. La fiesta fue total y sin nada que lamentar.