FOTO: chivasdecorazon.com

No Chivas, esta vez no.

La afición rojiblanca no perdona los malos resultados, los malos manejos de la directiva y el reciente cambio de técnico. Todos estos sucesos no tienen contenta a la afición rojiblanca, que no se hizo presente en el aeropuerto capitalino para recibir al equipo.
Cada vez que Chivas llega al AICM cientos de personas acuden a darles un caluroso recibimiento, pero la paciencia se les acaba y este día, al menos las barras de animación, prefirieron no hacerlo.
Chivas es un equipo grande y como tal siempre habrá quien lo quiera, y aunque no fue un gran recibimiento, sí acudieron algunas personas para hacerles sentir su cariño.
El pequeño Emiliano fue la representación de fidelidad al equipo y él solo, en la puerta por la que llegan los vuelos nacionales, levantó la bandera tapatía y entonó: “Que regresen esos años de tantos tantos campeonatos vamos rojiblancos”… El acto generó los aplausos del resto de aficionados, quienes dolidos aún siguen presentes.

La mayoría de los seguidores tapatíos confía en que con la llegada de Luis Fernando Tena el equipo levantará, pero todos esperan en que en algún momento vuelva su pastor: Matías Almeyda. Y es que a pesar de los cambios y de todas las críticas que recibió el equipo al mando del argentino, la afición no olvida los títulos conseguidos con el estratega.
A la llegada del equipo, los pocos asistentes corrieron para conseguir la firma. Ante la baja asistencia de aficionados la gente de seguridad del equipo no tuvo mucho trabajo, pero de igual manera resguardó a los jugadores hasta que subieron al autobús.
Oribe Peralta y Alan Pulido fueron de los más asediados, pero pocos fueron los afortunados de tomarse la foto.

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Luis Fernando Tena, el nuevo estratega del chiverío, salió custodiado y poco pudo decir en su trayecto al camión. El estratega tendrá como primera prueba el Clásico Nacional.
Y es que considerando la importancia de este encuentro, para los jugadores fue raro que en esta ocasión no hubiera valla, que no se escucharan los bombos, que no hubiera banderas ni papel picado. La gente está dolida y está en sus manos reconciliarse con su afición.