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Mira

31, diciembre 2014 - 11:02

┃ ESTO

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POR MANUEL GÓMEZ C. Y LUIS GARCÍA OLIVO
FOTOS ALBERTO MONTALVO

“YO no olvido al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas: Me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra…”, corea y baila Miguel Herrera, pues a minutos de extinguirse el 2014 la nostalgia y alegría lo invaden.

Se da una pausa, toma una de las doce uvas y las comienza a etiquetar mentalmente con cada uno de sus deseos. Se ve triunfador, optimista y hasta analista, pues recuerda que sus pretensiones que ha pedido año con año se le han cumplido.

Dichoso se dice ser porque, “todo se me cumple a nivel personal y profesional, no me puedo quejar”, asegura el “Piojo”, quien hace las últimas maletas del 2014 ya que desde Acapulco le dará la bienvenida al 2015, sin olvidarse de poner la mejor vibra para el nuevo año, tal y como lo fue en éste que dice adiós.
Se prepara, ensaya para lo que vivirá esta noche y con ansias comienza a saborear las doce uvas, las disfruta y asegura que en la primera va el propósito “de la salud”.

En la segunda, “mi familia, mi madre, esposa, hijas”, mastica y canta a la vez para ir con la tercera fruta en donde desea que “me vaya bien en el trabajo”, pues siempre buscó que le fuera bien como jugador y hoy en día como seleccionador nacional, en donde la cuarta uva va en busca “de cumplir los objetivos, Copa Oro y Copa América”, saborea, para dar paso a la cata de un sabroso vino argentino.

Los propósitos son muchos y solamente confía en la gracia de Dios, pues no es adepto a las cábalas o rituales que le traigan la buena fortuna, solamente cree en el poder divino y en las esperanzas y fuerzas.

Así que otra uva irá encaminada, “al título de la Copa Oro y otra para la final en la Copa América”.

Esa uva será una de las más importantes, “es el deseo más grande, ganarle a Estados Unidos para ir a Confederaciones, también pasar el primer escalón en el cuadrangular de la Concacaf al Mundial”, remarca.

Junto a las uvas, las doce campanadas suenan en su hogar, el ensayo es tomado en serio, así como también el enorme esfuerzo que le pone a las situaciones, porque “es lo más importante, pongo esfuerzo en mi trabajo, se consiguen objetivos y solamente es cuestión de uno”.

AÑOS DE APRENDIZAJE

La buena vibra se percibe y junto a ella el análisis, pues de todos los años, “he aprendido, no tengo un año especial, he tenido algunos difíciles, pero todos han sido de trabajo. Afortunadamente he tenido salud y eso es lo más importante”, dice con el amargo dolor de hace doce años.

“Fue cuando falleció mi abuela, fue el sostén de mi familia, fue una dura Navidad y año nuevo para todos”.

Lo bueno es que, “puedes tener malos momentos, pero tienes la oportunidad de que vendrá tiempos mejores”, recuerda el humano y no tanto el seleccionador nacional.

Rodeado siempre de gente que lo quiere y aprecia como lo es su familia, Herrera le dice adiós al 2014, un año en el que tuvo el placer de dirigir una Copa del Mundo con el Tricolor, además de ganar duelos internacionales en Estados Unidos y en Europa, un año con más satisfacciones que tristezas…

“Cometí muchos y los he ido calificando, tienes que aprender de las tomas de decisión, de un trabajo que no te gustó, un partido que pudiste haberlo planteado de una mejor forma, pero eso es y será el crecimiento normal y de las circunstancias”, explica sin olvidarse del lector de ESTO a quien le brinda un grandioso 2015.

“Les deseo mucha salud y que vibren con la Selección, nos mataremos en la cancha para darles muchas satisfacciones, estoy seguro que alguno de los objetivos se van a cumplir”, concluye sonriente.