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Mira

3, octubre 2019 - 2:10

┃ Yael Rueda

Morelia Femenil

FOTOS: OSWALDO FIGUEROA


Sus historias son completamente distintas, pero Diana García, Dalia Molina y Nadia Barriga tienen una cosa en común: defienden y aman con el corazón los colores de Monarcas Morelia. El camino fue espinoso, tuvo altibajos y es seguro que los tendrá en el futuro, es el precio que se debe pagar para cumplir un sueño, son conscientes de ello y no rehúyen al reto.

Ahora son parte medular de la escuadra purépecha.

 

PORTERA Y GOLEADORA

El debut de Diana García en Monarcas Morelia fue en la delantera. Su calidad goleadora era letal, una lesión la alejó de la cancha y la llevó a la portería, posición en la que ya había jugado cuando estudiaba la preparatoria.

“La primera temporada estuve de delantera, llegué como portera, primero hice visoría como guardameta, pero cuando llegó el torneo de Copa me deslindé del futbol un poquito, entonces volvieron a hacer las visorías en junio, me probé como delantera y me quedé”, declaró la arquera, en charla con ESTO.

“Mi debut fue contra Cruz Azul, en septiembre de la primera temporada, y salí lesionada, me esguincé un tobillo al minuto 25, ya de ahí no se dio la oportunidad, fue mi debut y despedida de delantera”.

Con su recuperación y una charla entre el entrenador de porteras con el timonel de la prepa de Diana, llegó el momento de tomar la decisión. “Casi al final de la primera temporada el preparador de porteros se acercó a preguntarme por mi posición, porque conocía a mi entrenador de la prepa, él les comentó y me fui metiendo a la portería.

Siempre me gustó mucho la portería, pero jugué más en cancha. Cuando me preguntaron si era portera estuve entrenando y me gustó, me preguntaron en qué posición quería quedarme”, puntualizó.

 

CONTRA EL MACHISMO

La delantera Dalia Molina tuvo que luchar con el machismo que reina en el futbol para lograr su sueño de niña. La ariete sufrió el rechazo de varios equipos infantiles, hasta que uno la arropó por su talento y calidad.

“Fue complicado, porque soy de Uruapan y ahí no había equipos femeniles. Me vine a vivir como a los seis años a Morelia, porque mi papá estaba estudiando un posgrado. Recuerdo que fui al menos a seis equipos y todos me dijeron que no, porque era niña, hasta que un día, en una comida familiar, vi una cancha de futbol a lado del restaurante”, relató al Diario de los Deportistas.

Vi que los niños llegaban a entrenar. Fuimos a preguntar, la verdad es que mi mamá se había desanimado. Es difícil para una mamá que tu hija no pueda hacer lo que quiere, pero ese equipo me dio la oportunidad de jugar con niños”.

Al llegar a la secundaria se vio obligada a formar su propio equipo femenil y lo logró con la ayuda de sus amigas. “Lo hice hasta los 13 años (jugar con niños), que fue cuando esa liga dijo que no podía jugar con equipos mixtos. Tuve la encomienda de decirle a mis amigas que se metieran a un equipo conmigo, ese fue el primero femenil en el que jugué. Al inicio era complicado, perdíamos por golizas, pero para tercero de secundaria logramos llevarnos varios segundos lugares, habíamos mejorado mucho”, relató.

 

ES HISTÓRICA

Pase lo que pase, en los libros de la historia de Monarcas Morelia quedará grabado el nombre de Nadia Barriga, la autora del primer gol del equipo. La volante confesó que una noche antes del debut, en el Apertura 2017, contra Veracruz, se mentalizó para lograr una anotación. Fue su gran día.

“La tarde previa platiqué con una compañera que vivió un tiempo conmigo, le decía: ‘Vas a ver que voy a anotar un gol mañana, Fer’, y como que me dormí mentalizada de que era mi día. Sucedió. La emoción y la adrenalina fue tal que no supe qué hacer, si ver a mi familia, si correr con mis compañeras, pero fue un momento muy especial, anotar el primer gol de Monarcas y que lo catalogaran como el mejor de la jornada”, aseguró.

Nadia es originaria de Tacámbaro, municipio alejado a casi dos horas de la capital michoacana, por lo que tuvo que mudarse a Morelia para cumplir su sueño. Lo más difícil para ella fue dejar a su familia.

“Lo que más me costó de esto es alejarme de mi familia, soy muy apegada a ellos, era un sueño que tenía, pero me dolía mucho la convivencia que teníamos, desde algo tan simple como comer todos juntos”, remató.

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