POR ALFREDO VALVERDE VERDEJA

Después de dos años como titular de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), la Asamblea de presidentes del circuito veraniego determinó que ya no habrá otra temporada más para Javier Salinas, luego de cometer algunos errores en el último año, que afectó a los 16 equipos.

Su salida ya estaba decidida hace un mes, pero tenían que respetar los acuerdos que tenían con él, para no enfrentar problemas legales.

Para muchos realizó una gran infinidad de logros, en cuanto a la comercialización y marketing cumplió porque ese era su trabajo. Lo malo ocurrió cuando comenzó a meterse en terrenos que únicamente era para los directivos, como el cambio de pelota y fue el grupo de empresarios encabezados por Monclova y Tijuana que lo dejaron crecer, con la condición de no cuestionar el número de extranjeros y de peloteros de doble nacionalidad; así como perdonar los positivos en los exámenes antidoping, suprimiendo los juegos por castigo por una multa económica en dólares. Desapareció el tope salarial, lo que perjudicó a los equipos chicos a contratar a extranjeros baratos y de poca calidad.

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La gota que derramo el vaso, fue aceptar el convenio de trabajo con Grandes Ligas, porque se le olvidó leer las letras chiquitas y llevó al baile a todos los directivos, entre ellos las gentes que lo pusieron como presidente.

Nombraron como Alto Comisionado a Fernando “Toro” Valenzuela con la intención de solucionar el problema con la MLB, pero tenían que despedir a su presidente, ´para así tener a quién culpar del error.

Debemos reconocer que Salinas logró algo que hacía mucho no se daba, la unión de los directivos para despedirlo