La fecha en el calendario ha marcado un nuevo aniversario para el Club América. Es 12 de octubre y la mitad del país está de fiesta, mientras que la otra se encuentra con la animadversión acostumbrada que sienten por esta institución azulcrema.

Y es que para nadie es un secreto, las Águilas representan el único equipo del futbol mexicano capaz de polarizar las pasiones de los aficionados a tal grado de que, sin importar el resultado, siempre habrá alguien contento. Sus fieles celebran sus victorias, mientras que sus detractores se regodean con sus descalabros. Como bien se dijo en el pasado, “al América o lo amas o lo odias, pero nunca es indiferente”

Única trinchera que presume orgullosa los 13 títulos, los ídolos, la mística y la grandeza. La magia de Carlos Reinoso, el liderazgo de Alfredo Tena, el arraigo de Cristóbal Ortega, los goles de Luis Roberto Alves Zague y el desparpajo de Cuauhtémoc Blanco, todo esto como bandera de un pueblo apasionado, pero exigente.

Del otro lado, la antipatía por su relación con Televisa, la polémica arbitral y su forma de ganar. El antiamericanismo como símbolo de desprecio a lo que los de Coapa han forjado a lo largo de más de 100 años de historia.

Lo único cierto es que los millonetas no pasan ni pasarán desapercibidos jamás. El tiempo seguirá su curso y en las mesas siempre habrá quien los defienda y quien los ataque, quienes presuman los blasones y quienes cuestionen las maneras de conseguirlos.

Al final, América es eso: grandes amores y grandes odios, aunque en el resentimiento el americanismo encuentra un gozo particular, muy suyo y hasta retador; “Ódiame Más” rezan sus hinchas y en conjunto con su club, se encargan de que así sea.

103 años de amor, 103 años de odio. Desde cualquiera de los bandos, América y gran parte de México festeja un nuevo aniversario del más grande del país.