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Mira

12, octubre 2019 - 12:41

┃ Jorge Briones

Burros-Blancos

Foto: Erik Estrella

Qué partido!
En cuestión de segundos los Burros Blancos pasaron de la tristeza al júbilo. Primero mandaron el juego a tiempo extra en la última jugada de la contienda, y posteriormente sellaron su triunfo con un acarreo de Abel Alejandro García hasta la zona prometida.
Los “guindas” terminaron por imponer condiciones, y en una batalla ofensiva, derrotaron 51-48 a unos Pumas CU que no pudieron sacarse la espina de la temporada pasada.
Un pletórico Olímpico Universitario, con más de 40 mil almas, vibró al ritmo de los Goyas y Huelum, partido que dejó en solitario en la cima de Liga Mayor a los Burros Blancos con marca de 5-0, mientras que la escuadra de la UNAM sufrió el primer revés del año (4-1).
El “gran clásico” de la ONEFA cumplió con creces respecto a las expectativas que había levantado. Los Huelum retumbaron con gran fuerza en Ciudad Universitaria

EL JUEGO
Lejos estuvo Pumas de parecer el equipo previsible que llegó a mostrarse en los compromisos previos. Dueños del mejor ataque terrestre de la liga, decidieron apostar por el brazo de Daniel De Juambelz y así empezaron a marcar terreno.
Sus dos primeras series fueron prácticamente idénticas. Utilizaron la vía aérea, incluido un bombazo de 60 yardas en dirección de Germán Malanche, para colocarse en zona roja, y ahí, en jugadas de atracción, se metieron al sector prometido para poner el 14-0 parcial.
La visita lucía nerviosa, muy pronto los habían sacado de su plan de juego, pero poco a poco los pupilos de Agustín López fueron entrando en ritmo y propusieron una batalla ofensiva.
Su retaguardia, que había llegado como la mejor de la liga, no descifró la forma de contener a los “auriazules” y empezó a mover las cadenas de forma constante en el segundo cuarto, con dos touchdowns en menos de cinco minutos para acortar las diferencias (21-14).
Ya con los equipos abiertos, Pumas volvió a las bases. Priorizaron el ataque terrestre, le bajaron tiempo al reloj y le dio respiro a su defensiva. Justo el plan ideal para Félix Buendía. Así se consumieron los últimos minutos de la primera mitad.
En el complemento las acciones se reanudaron tal como las dejaron en el lapso anterior. Los ataques imponían condiciones a su antojo, con las defensivas como simples espectadores ante el show aéreo que montaron en el emparrillado. No había tregua, anotación por anotación se la llevaron hasta el inicio del último cuarto, momento en el que Burros Blancos igualó la contienda (38-38) para silenciar los Goyas y darle paso a los Huelum.
El nerviosismo se hizo presente, ya no había margen de error para ninguno de los dos conjuntos. Ambos entrenadores se mostraron más precavidos, evitando una intercepción en propio campo y las defensivas tomaron un ligero aire. Al fin aparecieron las jugadas grandes, con capturas de quarterback y tacleadas efectivas que limitaron la ganancia de yardas.
Cerca de la pausa de los dos minutos, en tercera oportunidad y largo, Pumas sacó una jugada de la chistera para mover las cadenas y ponerse en la yarda 30 de territorio rival. Ya estaban en territorio de gol de campo y la victoria la tenían a la mano. La tribuna del “palomar” estalló ante la angustia que se vivía en la vereda de enfrente.
Lejos de lucir conformistas, buscaron el TD del triunfo y terminaron por sufrir un fumble que le dio al equipo del IPN la oportunidad de liderar la serie definitiva. Pero la defensiva de Pumas tenía otros planes en mente y se encargó de retomar la ventaja cortesía de una intercepción del #4 que terminó en anotación.
Parecía partido sentenciado, pero Pablo César Badillo, quarterback de los “guindas”, todavía tenía una carta bajo la manga. Ayudado por los múltiples castigos que contabilizó la UNAM, lanzó otro pase de touchdown sin tiempo en el reloj para mandar el choque a tiempo extra. Más dramático, imposible.
Ya en el agregado, Burros aprovechó su inercia positiva para sellar su dramática victoria de la mano de un acarreo de Alejandro García (9).