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22, octubre 2019 - 1:55

┃ José Luis Camarillo

nota-chavez

Cancún, QR.- Julio César Chávez González tenía a su lado a su mamá, doña Isabel, quien fue traída desde Culiacán “como una sorpresa para él”, para que atestiguara su nombramiento como Gran Jefe Maya.

“Nojoch Jalach”. Con estas palabras en ese milenario dialecto que significan Gran Jefe Maya, culminó un vistoso acto en el que representantes de esa etnia sellaron su unción como tal, por medio de una vistosa danza ceremonial.

El acto transcurrió este lunes, ante un lleno en la Arena Oasis del lujoso hotel del mismo nombre en un ambiente cargado de electricidad. Ahí se dieron cita varios centenares de personas provenientes de distintas partes del planeta, congregadas con motivo de la ceremonia inaugural de la 57 Convención Anual del Consejo Mundial de Boxeo.

Chávez derrochó sonrisas desde que Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo, lo llamó al estrado para que el promotor Pepe Gómez, uno de los anfitriones de este congreso anual, le colocara una bata que simbolizaba una piel de jaguar.

También fue llamado para acompañar al promotor Don King, quien montó sus más grandes batallas a través de las cuales conquistó tres coronas universales, e incluso disputó una cuarta, en la que empató con Pernell Whitaker.

Mientras esto sucedía, una silla esculpida en madera, también al estilo maya, fue colocada a manera de un trono para sentar al glorioso boxeador. Desde esa posición, el César del boxeo atestiguó el ritual que consistió en la mencionada danza, que se prolongó por un largo tiempo mientras se encendían repetidamente diminutos pebeteros, en los que el danzante principal simulaba purificarse los pies a través de las llamas.

“Julio, te estamos presentando el Cinto Maya y quién mejor que hacerte la entrega de este cinturón que la persona que más amas en el mundo. Pedimos a doña Isabel que haga entrega a su hijo del Cinturón Maya”, manifestó el titular del WBC.

Doña Isabel abrazó efusivamente a Julio, y le expresó:

“Estoy muy orgullosa de ti y muy agradecida con el señor José Sulaimán, y el WBC; también con Pepe Gómez. Julio es un gran hijo, un gran hermano. Lo amo, es la luz, el sol de nuestra vida. Que Dios te bendiga, hijo”.

“AZABACHE”, LAPORTE…

Previamente, se proyectó un video de los combates más significativos de Julio César, entre los que aparecieron los que protagonizó contra Mario “Azabache” Martínez y Juan LaPorte. En cierto momento, también se hizo subir a la tarima a Martínez y LaPorte.

El “Azabache” recordó que él era gran favorito para vencer a Chávez aquel 13 de septiembre de 1984 en Los Ángeles. “Sabía que Julio era un buen boxeador, pero no tanto. La verdad, no es una vergüenza haber perdido contra él”, comentó el jalisciense.

ANÉCDOTA

“Qué bonita sorpresa -exclamó el César-, se los juro por Dios que no sabía que mi mamá estaba aquí”.

Enseguida, el grandioso boxeador puso una nota extra de buen humor al narrar una de sus anécdotas preferidas.

“De chiquillo yo le decía a mi mamá; era cuando yo apenas empezaba a boxear -platicó-, ‘mamá, cuando yo sea campeón, la voy a sacar de lavar y planchar ajeno’; ella no me creía, se rascaba la cabeza y me decía ‘ay muchacho pendejo, ¿cuándo vas a ser campeón del mundo?, ¡nunca!’, y afortunadamente, gracias a Dios, cuando fui campeón del mundo le hice su casa, la saqué de lavar y planchar”.

Aún faltaba un remate muy especial por parte del homenajeado:

“También le dije a mi mamá, ‘¿se acuerda que le dije que la iba a sacar de lavar y planchar ajeno?’, y me respondió ‘sí, pero, ay hijo, lo pendejo no se te quita’”.

Y remató: “Gracias a todos ustedes, a todos los campeones, Dios los bendiga”.