San Luis Potosí.- Un día dijo el célebre escritor Eduardo Galeano que “jugar sin hinchada es como bailar sin música” y este martes en el estadio Alfonso Lastras fue justo así. El baile en el terreno de juego no tuvo el clásico acompañamiento de los gritos, las emociones, los cantos y los tambores.

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El primero de los dos partidos de veto a la casa de Atlético de San Luis llegó en una cita que aseguraba el lleno en las gradas. La visita de América había generado un revuelo tal que desde hace más de una semana los boletos se agotaron, aunque nadie contaba con lo que pasaría en el juego contra Querétaro, en donde la violencia fue protagonista y dejó como consecuencia una tribuna desolada para la noche de ayer.

En las horas previas, algunos aficionados con sus camisetas azulcremas se acercaron a las inmediaciones del inmueble, resignados a no poder ver el encuentro, pero con el deseo de ver pasar el autobús de su equipo para desearles al menos buena suerte.

Las avenidas aledañas tenían una tarde normal, sin cierres ni cortes, incluso sin vendedores en la banqueta, solamente uno se animó a ponerse para tratar de sacar toda la mercancía que desde semanas atrás había acumulado particularmente para la noche de hoy.

Así transcurrió la noche triste Potosina, una que quedará para un nada célebre recuerdo, como siempre que los actos violentos tienen repercusión. (Alejandro Alfaro / Fotos: Ramón Romero. Enviados)